Gregorio Manzano sabe que su futuro no peligra. Lo tiene por la mano. Puede que esté en la isla, al frente del Real Mallorca, aunque también puede recalar en otros lares de categoría superior. Como por ejemplo, la selección española cuando la abandone Luis Aragonés tras la Eurocopa, o el Sevilla.

Y como lo sabe, lo saben él y su representante, Manuel García Quilón, no tienen, no tendrán, prisa. La cena del pasado lunes en la que el club bermellón le ofreció la renovación traerá cola, pues será el primer contacto, la primera fecha concreta. De ahí se antoja un largo proceso antes de que se concrete. Un culebrón en toda regla motivado por el gran momento de la primera plantilla en la Liga.

Nando Pons, director deportivo, y Pere Terrassa, director general, transmitieron al andaluz que al Mallorca le encantaría contar con sus servicios. No se habló de dinero. Tampoco de años. Lo reconoció ayer el propio Manzano en la rueda de prensa que concedió tras el entrenamiento celebrado en la Ciudad Deportiva del Racing Club. Ahora bien, tras oficializar que el contacto entre los tres existió, en un reconocido restaurante de Santander -no dijo el nombre, sí especificó que "se cenó jamón y anchoas"-, pidió a los medios de comunicación presentes que "será la primera y la última vez" que él hable de estos temas. A partir de ahora la persona que transmitirá la situación de las negociaciones será su representante: "Así de simple, a partir de ahora no hablaré más".

Las claves

En cualquier caso, este diario pudo conocer ayer que a Gregorio Manzano en estos momentos le preocupa mucho más el proyecto deportivo que el dinero en sí. ¿Qué va a ser el Mallorca en el futuro? Ésta es la pregunta que trasladó a Pons y Terrassa y que se debe meditar para convencer en el futuro al hombre que ha conquistado el título más importante en la historia del Mallorca, la Copa del Rey que comienza esta noche ante Osasuna en el Reyno de Navarra.

Manzano quiere conocer el proyecto deportivo -altas y bajas-, que se definan claramente los objetivos -si será una plantilla de UEFA o de permanencia- y, por ende, que se le trasladen los presupuestos con los que afrontará ´el club el futuro´. Si todo tiende a la baja y las ofertas afloran, al de Jaén no le convencerá un euro más.