El récord del mundo de distancia con el drive no pudo batirse ayer en el curioso marco de la pista sur del Aeropuerto de Son Sant Joan ya que el golfista que más se acercó, el español Gonzalo Fernández-Castaño, se quedó a 142´3 metros de la plusmarca.

Los 658´3 metros que estableció el británico Paul Slater el pasado mes de febrero -presente ayer en la prueba que sirve como prólogo de un Mallorca Classic que empieza mañana-, fueron demasiado para los cuatro deportistas que intentaron infructuosamente batir el registro.

El lanzamiento de 516 metros del madrileño Gonzalo Fernández-Castaño fue el más lejano de la tarde -mejor registro nacional-, ya que ni el argentino Ricardo González, ni el italiano Peppo Canonica ni el propio Slater, superaron los 500 metros.

El acto, al que asistió el director general de Ibatur, Raimundo Alabern y el responsable de Diseño, Producción y Marca de la firma mallorquina Lotusse, organizadora de este singular proyecto, despertó una gran expectación entre los medios de comunicación de la isla.

De hecho, una cincuentena de profesionales de los medios gráficos y audiovisuales se volcaron con el acontecimiento. La lluvia, que había amenazado con su presencia, no apareció y la fuerza del viento no fue un obstáculo para el propósito de unos golfistas que sí se quejaron de la gran humedad reinante.

Slater no mejoró su marca

Tras los pertinentes ejercicios de calentamiento, el primero en romper el hielo fue Slater, actual poseedor de la plusmarca universal. Paradójicamente, el británico fue el que realizó la peor marca de los participantes y sus gestos denotaron su malestar ante este hecho.

El siguiente fue el argentino de 36 años Ricardo González, considerado uno de los jugadores con mejor drive del Circuito Europeo. De hecho, la temporada pasada fue líder de distancia con 286 metros. Sin embargo, el sudamericano se tuvo que conformar con los 486 metros de su tercer lanzamiento.

Gonzalo Fernández-Castaño se sorprendió a sí mismo y logró una marca que ayer no se esperaba establecer. Los 516 metros le valieron para alzarse con el trofeo Lotusse de vencedor de la amistosa competición. El jugador de 25 años, profesional desde el pasado ejercicio y que en la pasada edición del Mallorca Classic se clasificó en la séptima plaza, intentó mejorar sin suerte su marca. Sus siguientes intentos se quedaron en 476 y 451 metros. Esta temporada ya ha estrenado su palmarés en la élite, ya que en junio se apuntó el KLM Open de Holanda.

El último en probar fortuna fue el transalpino Peppo Canonica, de 34 años, que durante cuatro años comandó en la clasificación de distancia con el drive. El italiano no tuvo su mejor jornada ya que no pasó de los 474 metros y su ambición no pudo con los 658´3 metros.

El pasado mes de agosto se proclamó campeón del Johnie Walker Championship en Gleneagles pero su buen hacer con el palo no fue ayer suficiente.

La ilusión de los asistentes de presenciar en directo el establecimiento de un nuevo récord mundial de la prueba se quedó en el camino, pero la sensación de haber observado algo radicalmente distinto a lo habitual sí se quedará en su retina.

Durante la competición, que duró unos cuarenta y cinco minutos, se produjo la circunstancia de que algunos aviones circulaban por la pista anexa a la sur del aeródromo palmesano. Una decena de personas se encargaron de la verificación de las marcas, dirigidas por Jay Tyson, director ejecutivo del London Golf Show. Los sistemas de medición utilizados ayer fueron los mismos que se emplearon en la capital británica para el récord de Slater. Palma deberá esperar a una nueva cita para que se bata en su territorio esta plusmarca singular.