CRÍTICA

Julieta no muere, ni se cae

Génesis Moreno, que interpreta a Julieta en la ópera que regresa el domingo al Teatre Principal.

Génesis Moreno, que interpreta a Julieta en la ópera que regresa el domingo al Teatre Principal. / DM

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

« ¿Cómo? ¿Julieta no muere?» pueden preguntarse algunos, pero sí, muere sobre el escenario, tal como el guion exige, pero no muere en nuestra memoria, pues la cantante que protagoniza esa producción de la ópera de Gounod que presenta el Teatre Principal de Palma, será recordada como una de las voces importantes que hayan pasado por ese escenario. Génesis Moreno fue la gran triunfadora la noche del estreno, muy por encima de su partenaire, un Juan Noval-Moro que no resultó brillante en sus intervenciones. No dudamos que puede resolver este papel, pero en la velada que comentamos, fue de menos a más, con algunos titubeos en la afinación, sobre todo en los primeros actos, mejorando a medida que se acercaba el trágico final.

Pero sí, la Moreno fue, sin duda, la estrella en su debut en Palma, que representó también su debut en Europa. La cantante venezolana posee una voz muy apropiada para este tipo de roles, engancha y seduce; se mueve por los agudos de forma impecable y resuelve la dicción de maravilla. No es que tenga futuro, Génesis Moreno tiene un presente del todo prometedor. Esperamos verla y escucharla en próximas ediciones de las temporadas de ópera o de conciertos en Mallorca. Sería un gusto.

Siguiendo con las voces femeninas, muy, pero que muy destacable, Begoña Gómez como Stephano. En su complicada escena en la que debe dar todo de sí, estuvo espléndida, sin paliativos. La cantante mallorquina es otro de los valores en alza, que tan bien puede cantar los lieder de Wagner (como lo hizo hace unos meses) como abordar ese corto pero complicado papel que Gounod escribió para mezzo.

Sin dejar nuestra cantera de voces, notables altos para José Manuel Sánchez como Tybalt, solvente en todas sus intervenciones, que no son pocas, muy profesional Pablo López como el alcalde y en su linea, siempre atractiva, Jorge Tello como Gregorio. Meritorias las otras voces mallorquinas en sus puntuales intervenciones, algunas de ellas salidas del propio coro del teatro.

Jérôme Varnier resolvió con voz potente el papel de bajo como Frére Laurent y bien también David Menéndez como padre de Julietta.

Francesc Bonnín sigue adelante hacia la consolidación del coro, que de título en título sigue en una línea ascendente. Aquí, cantó muy bien el Prólogo, en el que tiene un protagonismo casi absoluto.

A las órdenes de Franck Villard, la orquesta sonó como pocas veces lo ha hecho en el foso del teatro. De sobresaliente.

En cuanto a la parte escénica, un diez para el vestuario, un notable alto para la escenografía y decorados y otro notable, bajo, para la iluminación.

La dirección de escena supo resolver con maestría los momentos de masas y con menos brillantez se mostró en las escenas íntimas. Es obligado referirnos en concreto a la obligada escena del balcón, en la que el público estuvo más pendiente de los equilibrios de la cantante que de lo que realmente estaba cantando. No es un espóiler, pero Julieta no se cae; para los futuros espectadores avanzamos aquí que lleva un arnés.

En resumen, un buen título, que sale un poco de los clásicos y habituales de la ópera italiana y que el público agradeció con aplausos. Ahora, a por un Wagner.

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