Entrevista

Antònia Maria Perelló, nueva directora de la Fundació Miró en Mallorca: «Quiero hablar con Miquel Barceló para que exponga en la Miró»

La doctora en Historia del Arte pone el broche con la vuelta a su tierra como máxima responsable del legado del genio catalán en la isla tras una dilatada trayectoria en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba), donde era jefa de la Col·lecció

Antònia Maria Perelló, directora de la Fundació Miró: "Crearé el grupo de Amics de Miró"

Redacción

Redacción

¿De qué adolece la Fundació Miró?

Debo detectarlo en profundidad pero si damos a conocer todo lo que está haciendo y las ambiciones que tenemos de impulsar cosas nuevas, estaremos en el buen camino.

¿Es la hermana pequeña de la Fundació de Barcelona?

En absoluto. Las tres, porque también está Mont-roig, somos complementarias. Cada una tiene obras de Miró diferentes, aunque la colaboración entre todas es muy importante y deseada. Existe el Triángulo Miró con el fin de estar conectados y realizar iniciativas conjuntas. En este sentido, creo que tenemos un recorrido interesante, llevando a cabo exposiciones que podrían ser itinerantes utilizando los fondos y el conocimiento de las tres fundaciones. Es necesario no presentar siempre el mismo Miró, de ahí la importancia de que haya una colaboración. Sin embargo, yo también quiero poner la obra de Miró junto a la de otros artistas.

¿Quiénes?

Aquí tenemos la suerte de contar con las salas del Espai Estrella, en forma de puntas e interconectadas, pero con cierta independencia, lo que nos permite combinar diversos contenidos. Por ejemplo, exponer el Miró de París a través de sus obras y a continuación mostrar artistas de allí en aquel momento, como los dadaístas y surrealistas, para luego volver al protagonista, que al final es la razón de ser de la Fundació. La idea es relacionarlo con quienes fueron importantes a lo largo de su vida, entre ellos los artistas a los que admiró, amigos o compañeros en su trayectoria. También estuvo trabajando en Nueva York y Japón, y en estos lugares tuvo influencias de artistas muy destacados, como por ejemplo Alexander Calder. Las contraposiciones de este tipo no son novedosas, aunque hace años que no se hacen en la Fundació y es hora de recuperarlas.

¿Y artistas actuales?

Otra de mis ilusiones es traer a Miró al presente. Es un artista con muchas facetas, pero para mí hay dos que son clave: Una es como persona comprometida ética, social y políticamente; y la otra es su gran amor por la tierra, que primero se observa en Mont-roig, con su vida cerca del campo, y luego durante todos sus años en Mallorca, donde siempre hablaba de los árboles y el paisaje. Estos dos aspectos de su trayectoria están siendo tratados ahora por el arte contemporáneo. No es un tema de modas o gustos personales, sino que los tiempos que vivimos nos abocan a ello. No hace falta repetir las injusticias que se están produciendo en el mundo y, por otra parte, la desatención que hemos tenido hacia la tierra, cuyas consecuencias estamos sufriendo. Numerosos artistas actuales están desarrollando su obra en torno a ambos conceptos. Tengo muchos en mente que me gustaría traer, aunque aún no he hablado con ellos. Es prematuro dar nombres.

Entonces no le puedo preguntar por Miquel Barceló.

Barceló es un gran artista que tiene una importantísima conexión con Miró. Tuve la suerte de trabajar con él hace años y le admiro mucho. Me encantaría sentarme a hablar con Miquel Barceló porque quiero que exponga en la Fundació.

Necesitará más presupuesto.

Sí. Parece que en los últimos años las instituciones se han dado cuenta de que la cultura es clave y existe una confluencia de intereses para potenciarla, por lo que hay que aprovechar la situación. Les pediré un apoyo pragmático para realizar exposiciones de relevancia a nivel internacional. Si queremos ofrecer una programación potente, está claro que es necesario un mayor respaldo y que sean igualitarios a la hora de repartir los fondos, que nos traten a todos del mismo modo. Además, no descarto la búsqueda de patrocinios empresariales, que pueden venir de grandes cadenas hoteleras radicadas en Mallorca o empresas pequeñas pero selectas, por ejemplo. También me gustaría tener contacto con los consulados debido a que hay una comunidad de extranjeros a quienes la Fundació Miró les puede interesar.

¿Está más enfocada a turistas que a residentes?

Podría parecerlo y, por suerte, tenemos muchos turistas que nos vienen a visitar. Evidentemente, los tenemos que cuidar y mantener, aunque un reto es conseguir que Mallorca, Palma, se acostumbre a venir a la Fundació Miró. Debemos hacer cosas para atraer al residente y una de las que quiero, tan pronto como pueda, es crear los Amics de Miró, un grupo de personas fieles que nos respalden con sus visitas, sugerencias, organizando con ellos actividades fuera de la Fundació, como visitas a talleres, viajes... Son ideas. Tenemos muchas y muchas ganas de que funcionen. Debemos conservar el público existente y acabar de redondearlo con otros sectores que no nos visitan mucho.

Las escuelas sí, está lleno.

Se está haciendo un gran trabajo a nivel educativo con los colegios y también en los talleres, que son muy reconocidos a nivel mundial.

El alcalde de Palma quiere hacer una gran exposición sobre Miró. ¿Han hablado de ello?

No, pero la que tenemos ahora, Miró, 1983, comisariada por Enrique Juncosa, es muy importante. Y el seminario con motivo del Día de los Museos [se celebra hoy], que ha agotado las localidades.

¿El anuncio del Mega Park en el aeropuerto con los característicos dibujos de Miró es una promoción positiva para la Fundació?

Evidentemente no son dibujos originales, sino un pastiche. Lo vi cuando aterricé en Palma y pensé que tenía que hablar con Successió Miró. Aún no sé en qué punto están las cosas, pero me acordé del logo que utilizó una compañía aérea y fue denunciada por ello.

En la anterior etapa se dio un impulso a la rehabilitación de los edificios y ahora falta iniciar las obras de Son Boter. ¿Ya tienen el visto bueno de Patrimonio?

Ayer mismo [el jueves] acordé una cita con los arquitectos que se han encargado del proyecto para que me informen de la situación. Arreglarlo es una prioridad porque los grafitos de Miró no se pueden dañar. Las obras son urgentes.

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