‘Humans 2.0’, una sinfonía de acrobacias en el Auditorium de Palma

Este espectáculo de la compañía australiana Circa se podrá ver este fin de semana

Escena de ‘Humans 2.0’, protagonizado por acróbatas. |

Escena de ‘Humans 2.0’, protagonizado por acróbatas. | / LESLEY MARTIN

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Acrobacias, sonido y luz son los tres elementos que Yaron Lifschitz ha utilizado para crear Humans 2.0, uno de los espectáculos de la compañía australiana Circa Contemporary Circus que está recorriendo el mundo y que llega al Auditorium de Palma este viernes, 12 de enero (21 horas) y el sábado, 13 de enero (18.30 horas). En él, diez acróbatas ponen su físico al límite creando figuras y sorprendiendo al público.

«Hemos creado un espectáculo que es una coreografía de acrobacias; una sinfonía grupal en constante búsqueda del orden y el equilibrio», explica Lifschitz, director de Humans 2.0 y también fundador de Circa. Dedicó meses a investigar, con un punto de partida que es el anterior espectáculo Humans. La nueva creación «presenta momentos divertidos, tiernos, vulnerables y muchos de ellos abrumadoramente poderosos. Por último, es un espectáculo sobre la energía: cómo nos conecta, nos divide y nos impulsa hacia adelante», añade su director.

‘Humans 2.0’,  una sinfonía de acrobacias

‘Humans 2.0’ se compone de acrobacias, sonido y luz. / Lesley Martin

Respecto al precedente Humans, Lifschitz comenta que ese espectáculo «fue un intento de explorar cómo humanizar la acrobacia, yendo más allá de sus rígidas líneas biomecánicas y, en cambio, investida de movimiento, ritmo y pulso. La esencia misma de estar vivo y ser humano». Su creador considera que «fue esencialmente un trabajo de investigación» que requirió meses hasta estar diseñado y que ha tenido un gran éxito, con más de 300 representaciones hasta la fecha. En el caso de Humans 2.0, «quería comenzar a partir de la investigación ya realizada y hacer una nueva creación, una nueva obra de arte completa. Tuve la suerte de trabajar con Ori Lichtik, el brillante DJ y compositor israelí, y con Paul Jackson, un maravilloso diseñador de iluminación», explica Yaron Lifschitz.

Para quienes acudan al Auditorium, se encontrarán con un espectáculo en tres actos. «El primero continúa exactamente donde lo dejó el primer Humans. El segundo nos adentra en un mundo cotidiano, más urbano y divertido. Y el tercero despoja a los artistas de sus cuerpos esenciales, conectados por tendones y músculos. A lo largo de todo hay ritmos impulsados, insistentes y poderosos», desgrana el director.

Sobre el escenario actúan acróbatas, artistas de circo con experiencia en festivales de todo el mundo. Lifschitz asegura que se existe un trabajo conjunto, pero tiene claro lo que les pide a los intérpretes: «El artista debe tener habilidades físicas, ser capaz de trabajar en grupo y tener algo de energía o creatividad que aportar. Más allá de eso lo descubrimos juntos.»

‘Humans 2.0’,  una sinfonía de acrobacias

Yaron Lifschitz / Jade Ferguson

Circa se puso en marcha en 2004, con sede en Brisbane, y ha actuado en unos 40 países y ante un millón y medio de personas con los diferentes espectáculos que tiene. La compañía se declara comprometida con el fomento de la próxima generación de artistas de circo y ofrece clases abiertas al público en su estudio. También lleva a cabo programas regulares de circo con comunidades de Australia.

En plena gira -Humans 2.0 se ha podido ver en Madrid hace tan solo unos días y después de Palma se representará en Barcelona, para poner rumbo a Canadá posteriormente- los acróbatas siguen una rutina de preparación. «Generalmente, trabajamos alrededor de tres horas antes de cada espectáculo: calentamiento, conexión, habilidades y luego secciones de los shows que necesitan trabajar», señala el director.

En ese nivel artístico y de exigencia física, cabe preguntarse cuál será el siguiente paso para esta compañía y, en especial, para Lifschitz. «Creo que cada espectáculo que hago es una respuesta a una pregunta de uno de nuestros proyectos anteriores. Tenemos muchos shows nuevos y muchas preguntas nuevas. También tenemos algunos artistas jóvenes y frescos que traen consigo nuevas ideas, habilidades y creatividad, así que estoy emocionado de trabajar con ellos», afirma el fundador de la compañía.

En cuanto al futuro, «estamos trabajando en algunos proyectos de ópera y música clásica, nuevas creaciones para temporadas largas y, por supuesto, muchas más giras. Lo mejor de Circa es que no conocemos límites de forma: simplemente podemos crear lo que imaginamos», concluye Lifschitz.