El misionero Josep Amengual publica un segundo libro sobre la historia de Mallorca y las religiones

Este nuevo volumen se centra en las épocas vándala, bizantina y musulmana y forma parte de una serie que edita Llibres Ramon Llull

Àlex Volney y Joana Berber, responsables de Llibres Ramon Llull, con Josep Amengual. |

Àlex Volney y Joana Berber, responsables de Llibres Ramon Llull, con Josep Amengual. | / MANU MIELNIEZUK

Montse Terrasa

Montse Terrasa

El misionero de los Sagrados Corazones Josep Amengual i Batle (Biniali, 1938) acaba de publicar un segundo tomo de La història de Mallorca i les religions del Llibre, editado por Llibres Ramon Llull. En este volumen, al que seguirán otros, el doctor en Teología se centra en las épocas vándala, bizantina y musulmana, bajo el subtítulo Basíliques i mosaics.

Amengual sostiene que «no se tiene que hacer historia desde la campaña electoral de cualquier momento, la historia se tiene que hacer a partir de la documentación» y con esa premisa ha ido desgranando este martes, 19 de diciembre, en la sede de Llibres Ramon Llull, algunos de los hechos históricos que considera más significativos de ocho siglos.

De las tres épocas que aborda en este segundo tomo, que se centra entre el año 455 al 903, Amengual remarca que la bizantina fue la que más se prolongó en el tiempo, aunque de los vándalos pervive en Mallorca uno de los mayores números de basílicas cristianas en Occidente, como es la que ilustra el libro, la de Cas Frares, o Son Peretó, sa Carrotja...

Como curiosidad, el misionero incide en que el término vandalismo surge en la Ilustración francesa y que los vándalos «no destruyeron ni más ni menos que otros pueblos».

Amengual lamenta que en torno a estas épocas de la historia antigua de Mallorca no haya debate y confrontación de datos. «Un historiador tiene que hacer hablar a las piedras, sobre todo un arqueólogo», defiende el estudioso.

Hechos destacables

De este segundo libro, a partir de los vándalos, para Amengual hay indicativos que son importantes. «El primero, es que el primer obispo de Mallorca que conocemos se llamaba Elies, es un nombre del Antiguo Testamento y resulta que los cristianos nunca emplearon nombres del Antiguo testamento que no salieran en el Nuevo», por lo que el autor interpreta que ese prelado pertenecía a una familia de origen judío que se había convertido 30 o 40 años antes, en tiempos del obispo Sever de Menorca.

Otro dato que aporta la publicación es que en época bizantina, los referentes políticos de Balears fueron Ceuta, capital de Mauritania II, y Cerdeña, por su proximidad geográfica.

De la época musulmana, Josep Amengual habla, entre muchas otras cosas, de la resistencia cristiana que hubo durante ocho años en el Castell d’Alaró, una de las más largas que se conocen en Europa occidental. También fueron fortificaciones cristianas el Castell del Rei en Pollença y Santueri en Felanitx, añade el investigador.