S'Esparter, el hombre que se negó a votar por Juan March Ordinas

Poco antes de sus muertes, Maria y Bàrbara Estades, hijas de Rafel Estades, víctima de uno de los asesinatos más crueles de la Guerra Civil mallorquina, recordaron el triste episodio que vivió su familia frente al magnate

"March Ordinas fue un personaje rastrero, de la Virgen del puño, que solo iba a por el duro", afirmó Bàrbara Estades

Maria y Bàrbara Estades, hijas de s'Esparter

Maria y Bàrbara Estades, hijas de s'Esparter / Gabi Rodas

Las hermanas Maria y Bárbara Estades murieron hace unos años, tras toda una vida hablando de su padre, S'Esparter, y también de Juan March Ordinas, “en Verga, un personaje rastrero, de la Virgen del puño, que sólo iba a por el duro”, recordaron en una entrevista con Diario de Mallorca publicada el 21 de octubre de 2001.

Las dos ancianas sabían lo que decían, pues padecieron en sus propias carnes la penuria y la marginación que suponía plantarle cara al famoso financiero. El padre de estas dos felanitxeras, Rafel Estades, apodados ‘Esparter' dirigía una empresa agrícola cuyos principales ingresos procedían de la exportación de frutos secos a países eur peos como Alemania o Francia. “Con la llegada de no recuerdo qué elecciones —comentaba Bárbara—, March le pidió su voto, así como su negocio. Le prometió que, si aceptaba, le daría todo el dinero que solicitara; lógicamente, mi padre se negó”.

"Si S'Esparter no hubiera sido tan honrado, hubiera superado a March en creces"

Maria Estades intercedió en aquella entrevista en varias ocasiones entonando una de las muchísimas canciones que Joan March tenía en su contra, por aquel tiempo, finales de la década de los diez y principios de los años veinte: “Te donc es vot, te donc es vot, si ho pagues bé” - La reacción del banquero a la negativa de s’Esparter no se hizo esperar: “Cuando le dijo que no —señaló Bàrbara—, en Verga entró en cólera y le anunció que le retiraría el crédito de la Banca March y proclamaría a los cuatro vientos que estaba arruinado. Así lo hizo, pero la inteligencia y la astucia que marcaban a mi padre hizo que pudiera salir de aquel negro agujero en el que le habían metido”. Según contaba Bàrbara, Rafel Estades “llegó a ser amenazado: acabarás muy mal, le soltó March Ordinas. Para mi familia fue una putada que este señor y su imperio se nos cruzaran en el camino. Estuvimos a punto de irnos a pique, ya que nosotros no teníamos un padrino al que recurrir. De todos modos pudimos salir hacia adelante gracias a las virtudes que reunía mi padre como comerciante. Si él no hubiera sido tan honrado, hubiera superado a March en creces”.

Juan March Ordinas

Juan March Ordinas / .

El negocio se hundió con el estallido de la Guerra Civil

El negocio de los Estades se mantuvo en pie hasta el estallido de la Guerra Civil. A Rafel Estades le aconsejaron que se evadiera, pero prefirió no hacerlo. “Como él nunca había hecho daño a nadie, pensó que tampoco se lo harían a él”. Al quedarse tranquilamente en Mallorca, se equivocó. Durante meses, y la vista de lo peligroso que significaba para un republicano pasearse tranquilamente por las calles, Rafel optó por ocultarse en una de las dos casas .que, una enfrente de la otra, tenía en Felanitx. Logró salir airoso de muchos de los temidos registros de la Guardia Civil, pero un mal día dieron con él bajo una cama. Estuvo preso algunos días en Felanitx, y luego lo trasladaron a Palma. “Durante algunos días no supimos donde estaba”, recordaron sus familiares. Hasta que dieron con su cadáver, dentro de un charco de sangre. Tenía seis clavos hundidos en su cuerpo y le habían sacado el ojo izquierdo. “Nunca hizo daño a nadie”, repetían una y otra vez Bàrbara y Maria.

La canción

“Joan March, te daré el voto si lo pagas bien"

Maria Estades Escarrer, era una felanitxera de 87 años, una enciclopedia abierta en cuanto al cancionero popular se refiere. Muchas de las canciones que recitaba, emocionada, tenían a Juan March Ordinas como protagonista. Una de ellas era una adaptación de un tema de la menorquina Pilar Alonso —llegó a ser muy conocida en Balears y Barcelona alrededor de los años 20—, que hace mención a la compra de votos que ejercía el fmanciero mallorquín:

"Després de moltes grans bunyolades per fi diumenge se va votar i es qui se creien contar victòria/ no tenen glória ja per contar els resultaren ses grans sorpreses des qui comptaven amb sos milions no triunfà en Verga, va perdre en Sales i sa victòria va ser per Fons/per tu tan sols per tu Joan March Ordines, te donc es vot, te donc es vot si ho pagues bé i es dia que no paguis més que un altre, ja comprendràs que jo mai més el te daré, i bé!”