Degüayhaus, del Chrismas Market de Portals a vestir de artesanía las más bellas casas de Mallorca

Forma parte de una familia argentina que decidió volver a vivir en el país de sus antepasados y que ahora con Degüayhaus decora la vida de nórdicos, alemanes o ingleses en la isla

Carolina Carreras, su marido y sus hijas, se establecieron en Mallorca en 2002. Empezaron en el mundo del interiorismo de forma orgánica, decorando la casa de un hotelero que terminó convirtiéndose en amigo. Tras esa experiencia, se establecieron en el Christmas Market de Puerto Portals, creando la marca Degüayhaus. «El nombre corresponde a un juego de palabras creado en familia, pensando en la combinación de letras y palabras de los idiomas de nuestros primeros clientes», comenta.

Tras unos años de éxito, Carolina, Eduardo, Amparo y Adela, una familia que proviene del mundo del arte y de la náutica, decidieron en 2016, abrir su propio espacio en Portals Nous, lugar donde también residían. A partir de ese momento, Adela y Carolina, juntas y a la par, definen el camino a seguir y forjan el presente en el que trabajan. «Somos curadores de objetos para la vida cotidiana, para que nuestras casas se conviertan en hogares llenos de armonía», subraya. 

En 2017 se inaugura una segunda tienda en Palma y hoy en día sus espacios de Portals Nous y Palma, propone mobiliario a medida hechos en Mallorca junto a una selección minuciosa de complementos y objetos de la isla, España y el resto del mundo. Además de ofrecer servicios de diseño de interiores, reformas integrales, diseño de interiores en barcos, paisajismo y mucho más. «Se trata de plasmar un estilo de vida, de ayudar a quienes requieren nuestra ayuda a encontrar la esencia de Mallorca en sus hogares y experimentar un sentido de pertenencia», explican.

Los curadores de Degüayhaus basan su propuesta en el Made in Mallorca, promoviendo el trabajo de los distintos artesanos afincados en la isla así como de otros rincones internacionales. Su enfoque ecléctico permite incorporar elementos de todo el mundo, con énfasis en la sostenibilidad y el respeto por la tradición local. «Siempre proponemos productos hechos en la isla, nos fascina la piedra mallorquina, y su manera de esculpirla, de tratarla, creemos en la importancia de remarcar el trabajo exquisito de los artesanos e incentivar la evolución de todas las artesanías que se encuentran en Mallorca. Promovemos que los residentes incorporen artesanía local en sus espacios y poder tener una buena selección de productos hechos a mano que añaden valor a sus hogares», detalla su hija Adela. 

Su experiencia estos años les dice que Mallorca se ha convertido en una isla donde mallorquines y ciudadanos del mundo han apostado por convivir, influenciándose entre todos. «A nosotros acuden sobre todo nórdicos, alemanes e ingleses. Buscan disfrutar de lo mallorquín y mediterráneo con un algo que evoque a su país de origen y transmitan armonía, bienestar y calma», explican Adela y Carolina. 

Ofrecen un trato cercano y atento basado en la calidad y la coherencia del producto que eligen donde importa la variedad, lo hecho a mano, los materiales nobles autóctonos, naturales donde el entorno mejora el bienestar y por tanto la productividad, haciendo suyo uno de los objetivos de la nueva arquitectura.