El gallinero

Exportar talento

Rafel Gallego

Rafel Gallego

Sirve la FiraB! de expositor y cita de intercambios territoriales, y solo por eso cabe apostar por ella. En la edición que acabó hace unos días vi movimiento, interés, artistas de Canarias, compañías y programadoras de Chile –país invitado– y salas llenas; la del Principal de Palma, sin ir más lejos, en la inauguración del evento a cargo de La Re-sentida (chilenos, precisamente) con una apuesta radicalmente contemporánea. La posibilidad de la ternura es un desacomplejado muestrario de las aberraciones que la testosterona genera y sus consecuencias en adolescentes no normativos, que no cumplen con los cánones de la masculinidad o que simplemente no se pliegan a las reglas del patriarcado. Pero también es un alegato a las posibles salidas, a cómo la violencia puede mutar en afecto. La pieza, interpretada por chavales de entre 13 y 17 años, es brutal y tierna al mismo tiempo. Puso al teatro en pie y está de gira por España. Unos minutos más tarde, en la Sala petita vi, por fin, Les preposicions, escrita por Aina de Cos, dirigida por Marta Aran y llevada a escena por Alexandra Palomo, Marga López, Sofía Muñiz, Alicia Garau y la propia De Cos. La obra –sobre el terror machista, la amistad, la sororidad y, en general, sobre las (complejas) relaciones humanas– se estrenó hace tiempo y continúa de gira. Si aún no lo habéis hecho, id a verla, básicamente por dos motivos: el elenco –difícil reunir a tantas buenas actrices en un mismo montaje– y el tratamiento maravillosamente político de los temas que aborda.

Durante la semana escénica de la FiraB! –en breve llegará la dedicada a la música– también se pudo ver La distancia –una maravilla sobre la memoria y los traumas de la pandemia, comentada ya en esta sección y que espero siga haciendo bolos–, piezas de danza work in progress que buscan acomodo en las programaciones de aquí y de fuera, espectáculos infantiles y buen producto local que sigue su periplo (Cr#sh, El jorn del judici, Primavera de bèsties, El fin de las cosas o Zoom) y la última creación del Col·lectiu Güilis. Anava en bicicleta i em van dir terrorista es una performance callejera, descarada, gamberra, punky por momentos, que pone el foco en la absurda turistificación de las ciudades. Ignoro cuántos bolos futuros han salido de estos días, pero está claro que talento para exportar no nos falta.

Y si convivís con algún ser de esos que los afiches encuadran en la etiqueta de público infantil, no os perdáis La faula, estreno de Teatre de la Sargantana en la carpa del Teatre del Mar. Historia trabajada a base de capas para abarcar una amplia horquilla de edades (de hecho, puede ser que rían más a los adultos que a los niños) y tres intérpretes extraordinarios –Salvador Oliva, Sara Sánchez y Rodo Gener– sobre el escenario.

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