Divulgar la música antigua

El instrumentista mallorquín Ferran Pisà trabaja en solitario o con su grupo Solnegre para dar a conocer composiciones históricas, como las del ‘Cançoner de la familia Brondo’, de origen local

El músico Ferran Pisà con el instrumento denominado tiorba, similar al laúd barroco pero de mayores dimensiones.

El músico Ferran Pisà con el instrumento denominado tiorba, similar al laúd barroco pero de mayores dimensiones. / LORENA CARREÑO

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

La biblioteca de Catalunya, es innecesario decirlo, posee uno de los fondos archivísticos más completos del área mediterránea. Hasta aquí nada nuevo. Pero lo que es interesante resaltar es que contiene informaciones y documentos que relacionan la historia de la música del Principat con algunos apellidos mallorquines. Así, el conocido como Cançoner de la familia Brondo, que parece ser que perteneció a una familia mallorquina con ese nombre, contiene cuarenta y tres composiciones para voz con acompañamiento instrumental, algunas de las cuales formaron parte de obras más extensas, incluso teatrales. Escritas en castellano, la autoría de algunas de esas músicas es desconocida, aunque sí parece que fueron escritas por diferentes autores en la segunda mitad del siglo XVII y la primera del siglo XVIII.

Ferran Pisà es un instrumentista mallorquín que vive y trabaja en Cataluña, lugar en el que lidera un grupo musical con el nombre de Solnegre que estudia y divulga las obras recogidas en el cançoner. Durante más de un año, Solnegre ha preparado las partituras relacionadas con ese apellido mallorquín, los Brondo, y ha visto cómo, además de un testimonio que suma valor a nuestro patrimonio musical, también está formado por piezas musicales de alto valor artístico. Valga como muestra el hecho de que contiene las dos únicas obras conocidas de los compositores mallorquines del XVII Francesc Monjo y Gabriel Guerau, este último hermano de uno de los grandes de la guitarra barroca: Francesc Guerau, cuyo libro Poema Harmónico, sobre el arte de tocar el instrumento, fue utilizado por otros compositores e intérpretes europeos.

Para Solnegre, la investigación musicológica es parte esencial de su trabajo pues, según afirma Pisà: «Creemos que conocer el contexto musical, social, histórico y organológico de la música que interpretamos refuerza el discurso musical que queremos transmitir». «Por otra parte, siempre que hemos presentado el programa hemos notado cómo el público sentía curiosidad por esa música antigua, hecha con el espíritu de su tiempo», tal como añade el instrumentista. Solnegre está formado por Soledad Cardoso, soprano; Ángela Moro, violín; Ferran Pisà, guitarra barroca; Antoni Llofriu, fagot; y Marc de la Linde, viola da gamba.

Miquel Costa, Cristina Altemir, Ferran Pisà, Soledad Cardoso y Antoni Llofriu. | LORENA CARREÑO

Miquel Costa, Cristina Altemir, Ferran Pisà, Soledad Cardoso y Antoni Llofriu. | LORENA CARREÑO / Pere Estelrich i Massutí

Programa Miasma

Este no es el único proyecto en el que está implicado el lautista mallorquín, pues también coordina el programa titulado Miasma, en el que propone el acercamiento a la música de los autores que fallecieron durante la peste provocada por la bacteria Yersinia pestis, que llegó a Europa proveniente de la China hacia el 1340 con los mercaderes de la Ruta de la Seda. Un episodio que puso fin a la vida de cincuenta millones de personas. La música de Miasma tiene dos características: una es la de consolar espiritualmente y a través del arte a los conciudadanos del siglo XIV, pero también es un testimonio sobre la angustia vivida en aquella época. El programa, que cuenta con intervenciones de un narrador, está compuesto por obras de Giovanni Battista Fontana, Giovanni Paolo Cima y Dario Castello.

Ya en formato más reducido, voz y tiorba, Ferran Pisà y Soledad Cardoso se acercan a otra propuesta, la de llevar musicalmente el dolor y el sentimiento que expresan las pinturas bíblicas del Barroco. Todo ello a través de un programa titulado Fervor, compuesto por obras de Kapsberger, Caccini, Merula y Frescobaldi.

Finalmente, Pisà también propone, con Solnegre, un viaje historicista hacia el nacimiento de la música instrumental, un viaje que nace en el siglo XVI, cuando la aparición de la imprenta y otros elementos propiciaron que los instrumentos empezaran a reproducir las obras del repertorio vocal, muy valorado en las cortes europeas. Con el proyecto Fantasía, Pisà y sus músicos contraponen las versiones vocales de cada pieza con su posterior versión instrumental. De esta manera, como afirma el músico mallorquín, «se crea un juego de espejos muy atractivo para el oyente».

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