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Día Internacional de la Danza
Entrevista

Cristina Gómez: "La cultura no es sólo deleite estético, debe provocar reflexión"

«La danza consigue que desconectes; te hace estar en el cuerpo, no en la cabeza ni en la pantalla, y eso hoy es muy necesario»

Un momento de ‘Dance is my heroine’, la pieza que Gómez presenta hoy en Palma. ISRAEL SÁNCHEZ-BEATO

Cristina Gómez (Albacete, 1979) comenzó su formación con 7 años. Se siente especialmente cómoda estando sola en escena, su depurada técnica proveniente de una variada formación (Limón, Release, Cunnigham, Ballet, Aikido, Movimiento Auténtico, Improvisación, Flamenco), más una fuerte presencia escénica y años de experiencia ideando y bailando sus propios trabajos coreográficos, hacen de ella una de las voces más originales y consolidadas del panorama artístico nacional e internacional.

¿Qué propuesta presenta en la 12ª edición de Palma Dansa?

Dance is my heroine, un trabajo que a través del humor y desde un lugar muy honesto, pretende visibilizar la importancia del movimiento en el día a día y pone en valor la danza y la coreografía como legado cultural.

¿En qué consiste el espectáculo?

El público va a conocer a Fanny De Funny, el personaje del que parte todo el proyecto además de a tres heroínas de la danza postmoderna: Yvonne Rainer, Pina Bausch y Deborah Hay. El material audiovisual que uso en la obra se compone de extractos de los vídeos que he ido haciendo y publicando en redes sociales con mi personaje. Las coreografías tienen que ver con esas acciones aunque algunas parten de los trabajos de Rainer, Hay y Bausch. Los textos son en su mayoría autobiográficos y confesionales.

 ¿Qué pretende provocar en el público?

Va dirigido a todos los públicos y tiene una intención principal: contagiar las ganas de bailar.

¿Tiene el título de la obra un doble sentido?

En redes ya hacía vídeos vestida de Wonder Woman, pues llevaba un tiempo trabajando el concepto de heroína y de supermujer y decidí hacer una pieza en directo. Por un lado, porque la danza es, para los que la practicamos, como una droga, y además porque yo idolatro a la danza en sí, así que es mi heroína en los dos sentidos.

¿Considera Palma Dansa competitivo a nivel nacional o incluso internacional?

Sí, mucho. Es la primera vez que participo y la programación que han elegido, las compañías y espectáculos que han seleccionado son muy interesantes, también las actividades paralelas que va a haber y el trato con el equipo que lo organiza es muy cercano.

¿Es hoy en día la cultura el mejor vehículo para provocar en el individuo un acto de reflexión?  

Sin duda, sí, la cultura entre otras cosas debe provocar no solo deleite estético sino también y sobre todo, reflexión.

 ¿Transmitir las sensaciones de una coreografía es lo más difícil de subirse a un escenario? Palma Dansa pretende ser una propuesta «sanadora» del momento presente.

Para mí lo más difícil de estar en el escenario ejecutando mis coreografías y/o diciendo un texto, es ser capaz de estar en el pasado, en el presente y en el futuro a la vez y además hacer ver, aparentar que estoy 100% en el presente.

 ¿Cuáles son sus próximas creaciones?

Acabo de estrenar Anhel, un espectáculo nuevo. Los próximos meses estaré dando clases y cursos en Valencia, espectáculos en Barcelona y volveré a las Islas Baleares para presentar Dance is my heroine en Eivissa el 4 de junio.

¿Qué proyecto le falta por cumplir?

He fantaseado con conocer personalmente a Yvonne Rainer y a Deborah Hay, son mayores pero aún están vivas y viven en Estados Unidos. Me encantaría bailar en la compañía de Pina Bausch pero para eso la que está mayor soy yo, aunque precisamente a ella no le importaba la edad de sus bailarines. Otro sueño sería tener mi propio estudio de danza y que fuera exterior como era el de Anna Halprin.

¿Ocupa la danza el lugar que se merece? 

No, como digo en el espectáculo que presento hoy viernes, estamos muy desconectados en general de nuestro propio cuerpo y demasiado conectados al mundo virtual. Si la gente fuera consciente de lo bien que sienta bailar a todos los niveles, tanto para el que lo hace como para el que lo observa, la danza estaría más reconocida y valorada.

¿Necesitaría la danza más ayudas nacionales y más educación a los más jóvenes?

No solo dinero público, también privado y sobre todo lo que haría falta es poner al alcance de las compañías los recursos que ya existen, no solo económicos, sino por ejemplo a la cesión de espacios gratuitos para ensayar, al compromiso de programar danza de forma continuada y habitual, a facilitar el encuentro y el diálogo entre todas las partes: público, compañías, instituciones y espacios…

¿Es la danza una forma de conectarnos?

Te conecta contigo mismo y si bailas en grupo seguramente te conecte con el grupo. La danza consigue que desconectes y te evadas de todo lo que no es «aquí y ahora», «acción», te hace estar en el cuerpo no en la cabeza ni en la pantalla, y eso hoy es muy necesario.

¿Somos todos capaces de bailar?

Algunos mejor que otros, pero no pasa nada por bailar mal lo importante es hacerlo, sana igual tanto si lo haces bien como si lo haces mal y encima es gratis. Yo no sé explicarlo, como en los estudios científicos sobre los beneficios de la danza, pero cuando dejo de bailar me apago. Cuando bailo me siento más viva, más feliz, más capaz. Aunque aparentemente no sirva para nada, ¿para qué mover el cuerpo de una manera no funcional y sin ningún propósito práctico? Los seres humanos somos más felices y estamos más sanos en movimiento.

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