Joan Bibiloni en estado puro, autohomenajéandose, volviendo sobre temas propios, algunos muy conocidos y otros inéditos. Todo esto está en el doble cedé que el músico de Manacor acaba de editar bajo el simple y eficaz título de Guitarra. «Se han seleccionado 34 piezas a partir de un denominador común: la guitarra acústica», detalla Bibiloni. «Esto no significa que no hayamos usado la eléctrica a modo de cojín armónico», explica. 

Las composiciones que aparecen en este nuevo trabajo ya fueron en su mayoría grabadas, otras no, pues también hay alguna canción inédita. «Destacan algunas de Joana Lluna [álbum que se publicó hace 38 años], piezas que son muy identificables en los conciertos. Luego hemos incluido otras que se han movido en el campo documental y que son menos conocidas», cuenta.

Para el músico, no hay nada comparable a crear con una guitarra acústica. «Es componer de manera orgánica. Una eléctrica, que también me gusta, no tiene esa cualidad», señala. «Pero pienso que la acústica entraña mucha más complejidad que el instrumento que enchufamos», considera.

La masterización de todo el material la ha llevado a cabo el propio Bibiloni en casa. «El previo lo hicimos en el estudio de Manacor Phonos. «También grabamos alguna pista de melodía. Porque éste es un disco que sobre todo contiene melodía», advierte. «Y una diversidad de estilos muy amplia», apunta. 

Para Bibiloni, las composiciones están tratadas con mucho respeto. «Aquí hay dicción», asegura. «No me gusta ir de crítico, pero pienso que en mucha música que se edita hoy día hay falta de dicción debido al exceso de medio tecnológicos que hay», sostiene. En este sentido, el guitarrista va contracorriente. «Es algo implícito dentro de mí. También está en la génesis de este sello discográfico, Blau, lo montamos para ir contracorriente», asegura.

Guitarra contiene diversas grabaciones en las que participaron en su día Jorge Pardo, Enrie Mansfield, Larry Corryell, Alfonso Pérez o Concha Buika, entre otros. «Concha no canta, sino que hace scat», desvela.

El disco responde al valor de las cosas bien hechas, de la canción bien compuesta, del disco bien editado y cuidado. Una suerte de resistencia «en un mundo en el que hemos perdido el oremus y en el que se está elevando el sentido de impotencia y el instinto de supervivencia». 

En esta suerte de radiografía musical de Bibiloni, han participado amigos y conocidos. La selección y orden de las piezas ha corrido a cargo del periodista Fernando Merino. Hay textos suyos y también de Diego Manrique, Albert Puig y José Miguel López. Las fotografías del cedé son de Rubén Capilla y Anita Sancho, autora de los retratos de la portada y la contraportada, ilustradas con una gran imagen del músico en su casa, tomada desde la cuadra, y en la que se aúnan sus dos pasiones: las guitarras y los caballos.