En el marco de las Converses literàries de Formentor, un grupo de editores independientes se citaron ayer por la mañana en el hotel del enclave pollencí para reivindicar su trabajo. El de los editores independientes es un sector que ha sufrido cierta marginación por parte de los grandes medios de comunicación, así como ha recibido un trato condescendente por parte de empresas más grandes o personalidades con reputación. El encuentro -que contó con la presencia de Apha Decay, Angle, Arpa, Ático de Libros, Cbaret Voltaire, ED Libros, Elba, Impedimenta, Jot Down, KRK, Libros del Asteroide, Nórdica Libros, Olañetam Periférica, Sexto Piso, Sloper, Turner y Wunderkammer- se planteó con el fin de buscar un adjetivo que represente más el trabajo de estas editoriales y su compromiso con la intelectualidad y la estética.

Este mediodía, los editores han presentado el resultado y las conclusiones de la reunión de ayer a modo de declaración, en la que se reivindican como elemento "imprescindible del ecosistema literario", cuya permanencia "renauda un enriquecimiento de la diversidad cultural y de pensamiento". A continuación, la declaración completa:

"Pensamos que la cultura debe ocupar el centro del debate público, no ser presentada solamente como un ornamento lúdico. En estos momentos tan difíciles para el conjunto de la sociedad, a los que el sector del libro no es ajeno, hemos resistido la pandemia. Estamos atentos a lo que pueda suceder en los próximos meses pero tenemos el convencimiento de que saldremos adelante. En un contexto de absorción de editoriales por grandes grupos y de importantes cambios, los editores independientes suponen cada vez más un imprescindible elemento del ecosistema literario. Su permanencia y fortalecimiento redundan en un enriquecimiento de la diversidad cultural y de pensamiento. Abrimos nuevas vías editoriales y damos voz a autores que resultan necesarios. Publicamos de forma diferente, utilizando el papel de modo sostenible como soporte esencial del libro sin renunciar a las nuevas tecnologías y ejercemos de resistencia cultural. Enriquecemos el tejido cultural y ponemos en contacto a diferentes ámbitos. No proporcionamos solamente ocio, sino que somos a la vez espacio de creación, laboratorio social y escuela.

Más que el tamaño, el número de títulos u otros criterios economicistas, lo que nos define es la voluntad de editar y edificar un catálogo según nuestro propio proyecto. Nos constituimos en motores de ideas y valores; invertimos en todo ello nuestro propio dinero; ejercemos nuestro papel de una forma que nos permite el trato directo con el autor, acompañarlo y realizarle sugerencias sobre su trabajo durante el proceso creativo; trabajamos con un capital simbólico de tanta importancia como el capital real; el beneficio económico es una condición pero no nuestro objetivo fundamental. Los editores y editoras independientes son responsables, controlan y toman las decisiones de todos los aspectos de la producción del libro de manera autónoma, imprimiendo en ellas una personalidad.

Señalamos nuestra preocupación por la marginalización de la información cultural y literaria en algunos medios de comunicación. Aplaudimos a los medios que apuestan por los contenidos vinculados a libros, en sus apartados culturales específicos pero también en las secciones generales o de otro tipo; así como a los premios independientes a obra publicada.

En un contexto de progresiva concentración del mercado, vemos como una prioridad el mantenimiento de la red de librerías y bibliotecas, así como el del sistema del precio fijo. Y manifestamos nuestro deseo de potenciar el papel prescriptor del editor. Para ello, contamos ya con la complicidad de muchos libreros, lectores y críticos.

Nos emplazamos a seguirnos viendo en futuras reuniones, seguir compartiendo experiencias y eventualmente trabajar en proyectos comunes".