La de Rafa Nadal y Mery Perelló será una boda blindada en todos los sentidos. Tendrá lugar el sábado 19 de octubrey la expectación es máxima. Sin embargo, la discreción siempre ha sido la tercera compañera de la pareja que pronto se dará el "sí quiero". No se esperaba, tampoco, un cambio en la línea de actuación normal de ambos en relación a su enlace, uno de los más importantes y trascendentales del momento. No todos los días se casa un número 1 del tenis, el mejor deportista que ha tenido Mallorca y que muchos consideran también el mejor deportista español de la historia, el embajador por excelencia del siglo XXI del "Regne enmig del mar" -así es como se refería a la isla otro manacorí, Guillem D'Efak-. Es por la importancia de la figura de Rafa Nadal que esta boda es tan relevante.

Para protegerse de los flashes y mantener su privacidad y la de los cerca de 500 invitados que se espera que asistan al enlace, la pareja de Manacor ha elegido una de las fincas más impresionantes de Mallorca: sa Fortalesa, un castillo del siglo XVII situado en la península de la Punta Avançada de Pollença. Es imposible acceder a ella sin permiso, pues se trata de un espacio privado extremamente vigilado y controlado.

Sin embargo, se puede llegar a los terrenos de la finca de tres maneras distintas: por tierra, mar y aire. Sa Fortalesa dispone, por tanto, de acceso por carretera -camino de Formentor-, un helipuerto y dos calas privadas en las que puede amarrar. Además, la finca conecta con el aeródromo militar de la localidad, por donde se espera que aterrice el rey emérito don Juan Carlos, a quien Rafa Nadal y Mery Perelló invitaron a la boda el pasado julio cuando visitó, junto a doña Sofía, las instalaciones de la Academia del tenista manacorí.

Hay otro punto por el que la espectacular finca es inaccesible, aunque no para Rafa Nadal y Mery Perelló: el precio. No son muchos los que pueden pagar el saldo por el que se alquila la finca para, por ejemplo, una boda. Y es que un día de celebración en sa Fortalesa cuesta alrededor de 40.000 euros. Eso sin contar el arrendamiento de las habitaciones, por las que se tiene que abonar un suplemento cifrado en miles de euros.

Por estos 40.000 euros, los novios pueden utilizar la mayoría de los espacios de la finca, incluso una pequeña caseta en la que suele cambiarse y prepararse la pareja protagonista del enlace. Por separado, claro.

Aunque cueste 40.000 euros, durante el verano se han celebrado varias bodas en sa Fortalesa, casi todas de parejas extranjeras que viajan a Mallorca a propósito para casarse en la isla.

La propiedad ocupa unos 87.000 metros cuadrados, mientras que sus construcciones interiores, totalmente habilitadas para poder pasar allí una o varias noches, abarcan cerca 20.000 metros cuadrados. El que haya estado dentro sabe que se trata de un lugar mágico y de cuento con excelentes vistas al mar, arcos de piedra y jardines infinitos.