P.- De la clásica al jazz siempre con el violín. ¿Sigue los pasos de Yehudi Menuhin?

R.- Se podría decir que sí, salvando las distancias claro, de hecho hace pocas semanas vino a Mallorca el violinista Gilles Apap, con el que me siento muy identificado, del que Menuhin dijo que era el violinista del siglo XXI, un intérprete con una amplia gama de registros que rompe barreras y clichés, y domina ampliamente todos los estilos musicales: clásico, jazz, country, folk occidental y oriental.... es el músico del futuro, el músico del presente.

P.- ¿Qué le sugiere el nombre de Stéphane Grappelli?

R: Stéphane Grappelli ha sido un referente en la música improvisada del siglo xx, junto con Django Reinhardt fueron los impulsores del Jazz manouche en Francia. Un alumno suyo, qua ha muerto hace poco, Didier Lockwood, fue el fundador de una escuela importante de jazz para violinistas, de la que han salido numerosos alumnos que actualmente son concertistas y profesores de jazz para violín. Sí, me dice algo Grappelli, de hecho los violinistas de jazz le debemos mucho.

P.- ¿Por qué se decidió por el violín?

R: No lo elegí, de hecho creo que con 9 años muy pocos niños saben el instrumento que los inspira para iniciarse en la música, más bien me decidí bastante tarde, primero fue el violín pero a los 16 años empecé con la guitarra eléctrica y casi que me atraía más que el violín porque podía hacer una música más actual. Más tarde me quedé con el violín para hacer todo tipo de música, tanto clásica como moderna; la vida da vueltas.

P.- Los calificativos de música clásica o jazz, ¿son una formalidad o responden a unos criterios concretos?

R.- Es una pregunta compleja y da lugar a debate. En cierto modo tiendes a clasificar un estilo musical por algún rasgo concreto, pero quizás, en términos muy generales. En la llamada música clásica se intenta ejecutar una pieza en base a unos criterios estilísticos propios de una época y de un compositor, en cambio el jazz permite desarrollar la creatividad del intérprete dado que la parte escrita no es tan esencial sino la base para poder improvisar.

P.- La improvisación es una de las esencias del jazz en cambio en la clásica nos ajustamos a unas partituras.

R.- En nuestra época un músico profesional debería conocer estas dos vertientes para formarse como tal. Afortunadamente hoy en día muchos jazzistas estudian clásica y al revés, conozco muchos músicos de orquesta que quedan entusiasmados después de realizar algún cursillo de jazz, su primera reacción es la de libertad.

P.- En Deià tocará acompañado de una formación típica del jazz, el trío de piano, contrabajo y batería.

R.- Sí, es una formación estandarizada, una base rítmica con el bajo y la batería, una base armónica-melódica con el piano y una voz melódica al violín. Dejaremos un espacio para que cada instrumento pueda improvisar; en la parte improvisada es donde cada músico aporta su arte.

P.- El título de su último disco es bien claro "My jazz". ¿Cuál es su jazz?

R.- Es un conjunto de todas las músicas que he interpretado, encontramos elementos de la música clásica, del pop, del rock progresivo, del jazz.... Mi jazz sería el que actualmente se llama jazz fusión.

P.- ¿De qué fuentes bebe?

R.- De la música clásica evidentemente pero hay especialmente dos grupos de jazz que me han marcado a la hora de escribir, son The Bad Plus y Avishai Cohen.

P.- Usted ha trabajado con formaciones de cámara e incluso de música antigua, ¿Cómo combina estos cambios de registro?

R.- Con paciencia y mucha dedicación, afortunadamente me encanta el violín y me gusta aprender y estudiar cada día, detrás de cada estilo musical hay muchas horas de trabajo.

P.- ¿Utiliza el mismo instrumento para todos los estilos o tiene varios?

R.- Tengo dos violines, uno para la clásica y el otro para el jazz y la música barroca, para el jazz le pongo micro y pick-up y cuando toco barroco le pongo cuerdas de tripa.

P.- ¿Cómo es su trabajo como compositor?

R.- Depende, a veces pienso una melodía o un ritmo y así voy vistiendo el tema, luego puedo pensar espacios para improvisar sobre la base del tema o abrir uno nuevo que no tenga nada que ver, digamos que utilizo varias formas a la hora de hacer una canción.

P.- ¿Qué nos encontraremos en la iglesia de Deià?

R.- En principio siete composiciones que llevamos tiempo rodando y que grabaremos en septiembre y que formarán parte de nuestro segundo disco, una fusión de estilos. Todo ello enlazado con improvisaciones individuales como hilo conductor. Un marco como la iglesia de Deià en un festival tan interesante musicalmente como Nits clàssiques de Tramuntana hará que sea un noche mágica.