Cada nit és sa millor reza su canción pero anoche en el Teatre de Lloseta fue especial, mágica. Anegats regresó a la carretera como si nada hubiera pasado. Tras un “descanso vital” de cuatro años, la banda de rock más emblemática del panorama musical mallorquín se reencontró con su público, su querido público. Y saltaron al ruedo como si nada, como si su último concierto hubiera sido la semana pasada. Anegats regresa al “gran escenari de la vida” con la misma autenticidad. Y sus seguidores demostraron a la formación serverina el vacío artístico que han dejado durante su parón musical.

Cafè amb sal, una de sus canciones inéditas incluidas en El fil d’Ariadna, fue la pieza elegida para arrancar la noche de su regreso y tras Tic-Tac llegaron las primeras palabras del Pep Álvarez, la voz de Anegats: “Ja som aquí, mans amunt”. Ya con el patio de butacas entregado, entonaron Irreals. “Un medio de comunicación catalán nos llamó sorprendido porque habíamos agotado las mil entradas de este concierto en horas. No le cuadraba porque en Cataluña casi casi no habíamos tocado. Le dijimos que la razón principal es que nuestra gente nos lleva en su corazón. Le explicamos que un seguidor nuestro es como cien de los vuestros”, unas palabras que arrancaron los aplausos de la platea. “Nos sentimos muy privilegiados con todo vuestro amor”, acabó Álvarez para servir en bandeja uno de los platos fuertes de la noche: su emblemático Tirurí quac -quac es missatge és clar.

El concierto continuó con Corr, Blau y S’assassí. “Jo me faig responsable d’enyorar-te / I no estic disposat a oblidar-te” reza la letra de Tàndem. “Ahora que llevábamos cuatro años sin vosotros, nos faltaba una parte. Nuestras almas os echaban de menos. Está es para vosotros”, espetó un Pep Álvarez entregado a su público. Después de Vermell, Fred, Nuredduna, fue el momento de interpretar la que ha sido la banda sonora de su retorno: Escenari. “Ya hemos cumplido los 40 y pensamos que la vida es un gran escenario”.

Esta primera parte del concierto acabó con un recital de sus primeras canciones en formato acústico. Ali Domínguez subió al escenario con su violín para interpretar Pescador mallorquí. Robin Alba dejó los teclados para coger su ukelele e interpretar Sa carretera. Luego, otra de sus canciones de siempre: Tramuntana. La noche ya llegaba a su final con Avui va de bo pero el público pedía “volem més brou”. Y esta noche de “sensaciones reencontradas”, continuó con una gran sorpresa. El maestro glosador Mateu Xurí compartió escenario con Anegats para interpretar Innocència. “Ahora que tenemos hijos vemos las cosas diferentes porque estas personitas son lo más importantes. En 2004 José Juan Umbert escribió esta canción con ojos de niños. Debido a nuestra etapa vital, estamos obligados a recuperarla y hemos invitado a un colega”, explicó Álvarez. Sus gloses brindaron por la humanidad, reclamaron “luchar por la libertad” y denunciaron los delitos de La Manada, unos gloses que arrancaron intensos aplausos del público.

Tras Pescador Mallorquí, fue el momento de los agradecimientos y de las presentaciones. Además de Pep Álvarez y José Juan Umbert, Anegats está compuesto por Robin Alba, Ángel Rios, Esteve Huguet y Paco González, que “sin él, hoy no estaríamos aquí”. Tras dos horas de recital, tan entregado estaba el vocalista en Paraula de senyor, que se hizo una herida en la frente con su guitarra, un pequeño contratiempo que no le impidió despedir su gran noche de regreso con Cada nit, una de las canciones más queridas por sus seguidores, unos seguidores que esta tarde a las 18 horas podrán revivir el retorno de los de Son Servera.