El fallecimiento de un familiar es una situación muy dura que lamentablemente todas las personas sufren al largo de su vida. En estos momentos, los familiares y amigos pasan un proceso en el que los sentimientos de tristeza, culpa, negación e ira son habituales y de hecho, necesarios para poder llegar a realizar un duelo sano.

Contrariamente, hablamos de que un proceso de duelo se ha complicado cuando sobrepasa los límites habituales de malestar y aún pasados seis meses, la persona sigue triste la mayoría de los días, además de bloqueada, sin ser capaz de hacer planes de futuro, ni de experimentar sentimientos positivos, lo cual le supone un gran impedimento en su día a día.

En caso en que nos encontremos ante este tipo de duelo, debemos estar atentos, pues pueden tener consecuencias tales como autolesiones, enfermedades psiquiátricas o incluso el suicidio. En el artículo “riesgo de suicidio, autolesión deliberada y enfermedad psiquiátrica después de la pérdida de un familiar cercano: un estudio de cohortes a nivel nacional” publicado en el WorldPsychiatry por Guldin y colaboradores en 2017, analizan el riesgo que tiene un familiar que pasa un duelo de sufrir algún tipo de enfermedad de la salud mental.

Los resultados de este análisis indicaron que durante los primeros 10 años tras la pérdida, hay un riesgo elevado desarrollar problemas de salud mental (ansiedad, depresión, esquizofrenia, etc.) e incluso de tener episodios de autolesión o de suicidio, siendo el momento más crítico durante el primer año. Además, el duelo es más complicado si la muerte es de un hijo o un cónyuge. Las estadísticas de este estudio muestran que un 8’9% de las personas en duelo sufre alguno de estos episodios.

Todo ello aumenta alrededor de un tercio cuando ya habían presentado un diagnóstico previo al fallecimiento del ser querido. Por ejemplo, un 37% de los toxicómanos recae en el consumo.

En opinión del Dr. Carbonell, es importante estar pendientes de la evolución del duelo, porque, aunque se trata de un proceso normal y doloroso, debemos vigilar que este no supere ciertos límites volviéndose patológico y produciendo un sufrimiento excesivo. Siempre será recomendable acudir a un profesional de la salud mental para que este lo supervise y nos ayude en este trayecto.

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