Según una investigación realizada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CCPEEU), los estudiantes de secundaria con alteraciones del sueño, ya sea por exceso o por defecto, son más propensos a llevar a cabo conductas de riesgo.

Las conductas de riesgo se refieren a comportamientos peligrosos como no usar el cinturón de seguridad, no ponerse cascos de moto o bicicleta, escribir o leer mensajes de texto mientras se conduce, beber mientras se conduce, o ir con un conductor ebrio.

La autora principal del estudio, Anne Wheaton, del CCPEEU, explica que la relación entre el sueño y la toma de riesgos que causan lesiones es muy alarmante, sobre todo cuando se trata de beber y conducir.

La investigación fue realizada a más de 50.000 estudiantes de secundaria y ha sido llevada a cabo a nivel nacional en Estados Unidos en los años 2007,2009, 2011 y 2013.

Los resultados muestran que los estudiantes que duermen 5 o 6 horas son 2 veces más propensos a conducir habiendo bebido, en comparación con los chicos que dormían durante toda la noche de manera regular. Solo 2 de cada 100 estudiantes informaron de dormir en exceso, 10 horas o más. Sin embargo, los efectos del exceso de sueño son los mismos que los de la falta de sueño respecto a la propensión a llevar a cabo conductas peligrosas.

Puede ser que los problemas de sueño promuevan que los adolescentes lleven a cabo conductas de riesgo o bien que los problemas de sueño y las conductas de riesgo escondan una depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad u otros problemas psiquiátricos.

Los especialistas recomiendan mantener un horario regular para acostarse y levantarse, evitar las bebidas estimulantes, la nicotina y realizar ejercicio a diario. Se aconseja a los padres que eviten que sus hijos jueguen con móviles u otros dispositivos antes de acostarse.

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