Un grupo de científicos y nutricionistas de la escuela médica de Harvard han reunido la siguiente lista de alimentos que se deberían consumir lo mínimo posible. Los investigadores sugieren que comer estos alimentos con regularidad (y excluir elecciones más saludables) puede suponer una amenaza para enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes e incluso algunos cánceres.

Azúcar: Ya sea azúcar blanco, moreno, jarabe de maíz rico en fructosa, azúcar de maíz o miel, el azúcar casi no contiene nutrientes y carbohidratos puros. Cuando comemos una gran cantidad de azúcar, nos estamos llenando de calorías vacías, provocando que el azúcar en la sangre suba y baje como una montaña rusa, y pudiendo evitar que comamos alimentos con importantes nutrientes y fibra

La investigación señala a los refrescos y otras bebidas azucaradas como la principal fuente de azúcar añadido en la dieta de los estadounidenses, contribuyendo al aumento de peso. Además, las calorías líquidas no son tan saciantes como el alimento sólido.

Grasas lácteas: Los helados, leche entera, queso… están rellenos de grasas saturadas y algunas de origen animal, por lo tanto las grasas trans pueden aumentar el riesgo de los problemas de salud, especialmente del corazón. La leche y productos más saludables son las versiones bajas en grasa, como leche descremada y quesos bajos en grasa.

Bollería industrial: Las galletas, pasteles, rosquillas… son difíciles de ignorar, pero las versiones industriales están llenas de carbohidratos procesados, en azucares, grasas no saludables y sal.

Carbohidratos blancos: Pan, pastas, galletas, patatas, arroz, pasteles, crepes… Si nos gusta disfrutar de estos alimentos, es mejor optar por versiones integrales y de grano entero.

Carnes procesadas y con alto contenido en grasa: Las carnes procesadas como el tocino, jamón, pepperoni, salchichas y carnes frías son menos saludables que las proteínas de pescado, pollo sin piel, nueces, frijoles, soja y granos enteros.

Sal: Las actuales guías dietéticas y la asociación americana del corazón recomienda la reducción de sodio a 1.500 mg por día y que no exceda 2.300 mg por día. Pero la mayoría de nosotros tomamos 1’5 cucharaditas (8.500mg) de sal al día. Esto se traduce en alrededor de 3.400 mg de sodio por día. El cuerpo necesita una cierta cantidad de sodio, pero en exceso puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.

En conclusión, este artículo nos viene a recordar lo que es el famoso saber popular, hay que reducir el consumo de azúcar, sal, bollería, y grasas saturadas procurando elecciones más saludables en nuestra dieta.

Para más información www.psiquiatrapalma.com