Desde hace años la tecnología aplicada a la imagen de la medicina, permite a investigadores como Jean- Luc Martinot, medir los desgastes del alcohol en el cerebro.

“Hemos querido averiguar cuál es el gasto de energía en las diferentes partes del cerebro de pacientes con un uso continuado de alcohol y si difiere en relación con sujetos no bebedores”.

Para ello, se han utilizado imágenes por resonancia magnética que dan una representación excelente de la forma del cerebro, de su anatomía, de la materia gris y la materia blanca.

“Realizamos un estudio en pacientes con un consumo regular de alcohol que solicitaban desengancharse de la bebida pero no mostraban ningún rasgo serio, ningún otro síntoma de sufrimiento corporal” explica el investigador.

Estos individuos, según las resonancias y datos obtenidos con programas de ordenador, tenían una disminución de materia gris bastante acentuada en las regiones anteriores del cerebro, en las regiones frontales, es decir en la parte delantera del cerebro, y en las regiones frontales medias, o sea, entre los dos hemisferios.

La novedad es que las técnicas de análisis de imagen muestran que hasta en el consumo moderado, se pueden detectar anomalías no solo en el funcionamiento sino también en la estructura y ultra estructura misma del cerebro.

“No sabemos si estos síntomas son reversibles una vez dejen de beber. Estos resultados me dan un poco de miedo, a mi parecer en ellos se muestra que el alcohol es una sustancia aún más tóxica de lo que imaginábamos” finaliza el investigador.

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