La utilidad de un premio Nobel en la literatura

Álex Sàlmon

Álex Sàlmon

Según en qué momento del día lean este artículo debería estar caducado. Pero no. No se trata de una previa en referencia al Nobel. La cuestión es profundizar en la utilidad de un Nobel de Literatura y su provecho en la carrera profesional del escritor. Pero podríamos hacerlo extensivo a los premios de Física, Química, Economía y Medicina (antes Fisiología). El de la Paz se conduce a través de otros impulsos políticos.

El galardón de este año será de aproximadamente 11 millones de coronas suecas, o sea 946.843 euros. Una vida resuelta. ¿Pero para qué? Conseguir un Nobel precisa de una entrega total. No existe otra cosa en la vida que el trabajo y el campo de investigación por donde te recreas y te obsesionas. Así, un escritor con ese dinero compra lo más difícil de conseguir, aquello a lo que nadie puede ponerle un precio porque no tiene: el tiempo. En este caso para crear, para inventar y, por lo tanto, para pensar.

Probablemente, ninguno de los autores que suenan para el Nobel precisen de esas cantidades. Les diré los cuatro que más aparecen en las quinielas. Si ninguno resulta ganador, siempre podremos decir que fue una injusticia. ¡Con todos! Me refiero a Liudmila Ulitskaya, Can Xue, Jamaica Kincaid y Salman Rushdie, por ejemplo. Cada uno de ellos es excepcional. Se comete un error con los que no ganan. Ya ven qué ocurrió con Javier Marías. La Academia tiene deudas con todos. Pero sólo puede cosechar el éxito uno de ellos.

La parte más impactante en el negocio es la que no gravita sobre el escritor. Ha habido ganadores del Nobel que han salvado la existencia de editoriales pequeñas. Recuerden que no todos los autores reconocidos por la Academia Sueca en los últimos 20 años tenían obra publicada en español. En definitiva: inyección a la obra, oxigeno para la editorial y, en el caso de los escritores citados, compromiso con la libertad de expresión. ¡Suerte al premiado!

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