HETERODOXIA

Fuera de las listas

Un volumen reúne varios de los libros más importantes de Cristóbal Serra, uno de los grandes heterodoxos de la literatura española

Cristóbal Serra.

Cristóbal Serra. / I.M.

Fernando Menéndez

No será fácil que encontremos en las listas de lo mejor del año la obra que me dispongo a comentar. Calados hasta los huesos por recomendaciones que van saltando de lista en lista, no vendría mal pensar que, tal vez, la vida está en otro lado. Lo más razonable es no dejarse embriagar por semejante listerío, calibrar el peso de cada libro con tiempo suficiente y no dejarnos apurar por los diagnósticos. No obstante, semejante furor pudiera servir como síntoma de las ausencias; aunque, a decir verdad, qué importancia tiene no estar en un sarao al que no te han invitado. La publicación de El viaje pendular del mallorquín Cristóbal Serra (1922- 2012) contraviene cualquier populismo editorial porque, de mano, lo heterodoxo no suele casar con lo popular (ciertamente, si no fuera así, no sería heterodoxo) y su relación con la sociedad literaria (sea ésta lo que sea) es un buen termómetro de la capacidad para digerir alimentos que difieren de la dieta recomendada.

A decir verdad, la aparición de esta «antología definitiva» (como reza su subtítulo) debería ser uno de los acontecimientos literarios del año, como les gusta decir a los promotores del donoso escrutinio, y no va a ser así. Acontecimiento por la dimensión del autor, por la ambición del proyecto, por la labor de edición a cargo del escritor y crítico Nadal Suau y por la apuesta de la editorial Wunderkammer, exquisita en su catálogo y en sus ediciones.

Cristóbal Serra, como Borges, Pessoa y quizás Italo Calvino, más que un autor, es un género literario en sí mismo. El viaje pendular da muestra de una imaginación y de una visión anacrónica, ajenas a los apuros de la moda. Su propio perfil, silencioso y ausente, lo ubica quizás en una doble insularidad, física y vital.

Como no sería extraño que el lector de turno se preguntase quién es el tal Serra, el prólogo a esta edición, titulado Una flecha elegida, supone un brillante ensayo sobre el autor mallorquín y una perfecta carta de presentación. Recorre y comenta el crítico los rasgos característicos de un escritor apólogo de la imaginación; inclinado a lo poético; gustoso de lo breve y fragmentario.

La literatura de Serra es la literatura de una rebeldía contra lo canónico y lo actual cuyas raíces están en una tradición no exprimida del todo y en una libertad estética muy rara de encontrar en nuestra historia. Por su parte, la creación y desarrollo de heterónimos como Péndulo o Augusto Hipocampo refuerza su compromiso con lo imaginativo; una relación lateral con la realidad. Heterónimos que, como afirma Suau, «destacan por su condición antiheroica y cierto desgarro interior».

CRISTÓBAL SERRA. El viaje pendular. Edición, introducción y notas de Nadal Suau. WunderKammer, 680 páginas, 34,90 €.

CRISTÓBAL SERRA. El viaje pendular. Edición, introducción y notas de Nadal Suau. WunderKammer, 680 páginas, 34,90 €. / Fernando Menéndez

En cuanto a la imaginación, recurramos al propio Serra: «La razón es la semilla de la rígida sabiduría, mientras que la imaginación es la ventana que da al mar». Contra la rígida sabiduría puede desarrollarse todo un proyecto de escritura y la desconfianza de la razón (madre celosa del progreso) ubica al autor de «Las líneas de mi vida» en otra dimensión destacada en el prólogo: la de antimoderno, teorizada y argumentada por el francés Antoine Compagnon. «Intempestivo y inactual». «Parece que hubiera llegado demasiado tarde y demasiado pronto», dice Suau.

El viaje pendular es un bosque frondoso y una marejada benéfica. Un lugar donde charlar con Chesterton o iniciarse en la asnología. Un volumen donde poder leer, por ejemplo, maravillas como Viaje a Cotiledonia o Diario de signos.

Y siempre desde lo inesperado; esta vez por boca de Péndulo: «Los poetas suelen escribir mal. Es su encanto. Si todo el mundo escribiera como un académico, leer no sería sino una empresa triste y desabrida».

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