El clavo ardiendo al que se agarra el Atlético Baleares para reconducir su dinámica de resultados pisa hoy por primera vez el césped del Estadi Balear. Eloy Jiménez, relevo de Xavi Calm en el banquillo blanquiazul y cuyo fichaje se hizo oficial ayer, hereda un alarmante bagaje de 11 puntos sumados de los últimos 33 disputados. Una media de un punto por encuentro que proyectaba un oscuro porvenir. No solamente de cara a un quimérico ascenso directo a Segunda, sino para finalizar entre los primeros cinco clasificados que disputan el play-off.
El técnico natural de Hellín conocerá a la plantilla hoy durante la primera sesión a las 10:30 horas. Jiménez tiene entre manos la difícil misión de que, en un tiempo récord, su discurso logre agitar la moral de unos futbolistas a los que se les agota el margen de error al recibir el domingo, a las 12:00 horas, a un Alcoyano que puede sacarles de las posiciones de promoción de ascenso si es capaz de ganar.
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Mantener la unidad de un vestuario que cerró filas con Xavi Calm
La sombra del anterior técnico será todavía alargada en el seno de la plantilla. No solamente por la reciente marcha del catalán, sino por las reiteradas muestras de apoyo por parte de los futbolistas desde el primer momento que se cuestionó la continuidad de Calm. Se vio en la foto haciendo piña tras ganar al colista Betis Deportiva, las cenas de conjura antes de los partidos cruciales y en los mensajes de los jugadores en sus redes sociales despidiéndose con agradecimiento de su entrenador en los últimos once meses.
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Recuperar la autoestima de una plantilla diseñada para ascender
El mensaje de Eloy Jiménez debe calar desde el primer momento para que sirva como revulsivo y contrarreste el ‘shock’ que produce el vacío de Calm, además de la dinámica en caída libre. El efecto positivo de las victorias en la Copa del Rey se evaporó y, ahora, tocar la tecla adecuada puede volver a activar a unos futbolistas capaces de eliminar a la heroica al Calahorra (1-1 y 4-5 en los penaltis), golear al Getafe (5-0) y doblegar a otro Primera como el Celta (2-1).
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Lograr que el equipo vuelva a gobernar el área propia y la rival
Este Atlético Baleares se caracterizó desde el inicio del curso por salir vencedor en el intercambio de golpes. Los balearicos eran muy efectivos en la pegada. Dioni Villalba se erigió máximo realizador,Vinicius Tanque ha tenido una relación intermitente con el gol y Manel Martínez despegó tras la Copa. Además, la solidez defensiva de la pareja Olaortua-Delgado, junto al cerrojo del meta René Román en la portería, abortaban las ocasiones que generaban los rivales. Equilibrar esta parcela será clave tras un último mes donde mantener cada mínima ventaja se convertía en un calvario y cada error atrás penalizaba en el marcador.
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Frenar la hemorragia de puntos perdidos lejos del Estadi Balear
El talón de Aquiles en estos once encuentros de zozobra se ha manifestado en los encuentros lejos del Estadi Balear con derrotas frente al Barcelona B (3-1), Linares (2-0), Sabadell (1-0) y las últimas en tierras gaditanas frente al Atlético Sanluqueño (1-0) y la Real Balompédica Linense (1-0).
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Evitar que la obsesión del ascenso precipite errores del pasado
El quinto y último reto es tal vez el más importante. Nada tiene que ver con triunfos, registros de goles o dinámicas. Es algo tan sencillo como aprovechar la madurez de las experiencias que han frustrado todos y cada uno de los intentos de asalto al fútbol profesional en seis décadas. En la actual plantilla quedan supervivientes como Xavi Ginard, Alberto Canario, Luca Ferrone y Pedro Orfila. Estos pesos pesados, junto a los experimentados René Román, Miguel Ángel Cordero o Damián Petcoff, deben dar un paso al frente para ayudar a sostener la transición de Jiménez y que sufra el mínimo desgaste inherente a la presión de un objetivo tan ambicioso. Será preciso apartar en muchos momentos las jerarquías del vestuario para sumar a los refuerzos de invierno a la causa.
