La Balona acaba con Xavi Calm

La paciencia con el preparador catalán se ha agotado en el seno de la entidad palmesana, que ya rastrea el mercado en busca de un entrenador que consiga dar la vuelta a un equipo sin alma. Xavi Calm sabía que en La Línea se jugaba su puesto. Era ganar o desaparecer del cargo. El rival parecía propicio para seguir alargando su estancia en el banquillo. Siete últimos partidos sin ganar y solo un tanto a favor eran la carta de presentación de un equipo accesible para una plantilla como la del Baleares. 

La lesión de Shashoua en el calentamiento y la elección de Cassio Junior como sustituto ya hablaba de la intención que traía Calm: trivote defensivo en el centro del campo y a esperar a cazar alguna en ataque, un planteamiento muy pobre para un conjunto diseñado para ascender. 

Los primeros 45 minutos fueron lo contrario a una oda al fútbol. Con el viento como invitado de lujo, empeorando cada acción, ambos contendientes escenificaron una primera mitad llena de imprecisiones, falta de ocasiones y tediosa. 

Poco o nada sucedió en un primer acto en el que lo más destacado, por desgracia, fue la lesión de Leuko para los locales. A pesar de que la climatología invitaba a jugar por bajo, ambos equipos apostaron por la táctica del ‘pelotazo’, haciendo imposible ver jugadas de más de cinco toques y convirtiendo a los delanteros en meros conos a los que intentar acertar.

El inicio de la segunda parte no hizo si no confirmar que el espanto de la primera mitad iba camino de repetirse. La Balona, que sí que pareció necesitar más el triunfo, salió con algo más de ímpetu del vestuario.

El reloj marcaba el 61 cuando la primera ocasión de peligro apareció en el partido, que activó algo a los dos equipos, adormilados desde el inicio. Leandro Martínez, que acababa de entrar en el terreno de juego, probó a René con un disparo esquinado. 

Montiel, que todavía debe demostrar el potencial que atesora, tuvo el gol con un disparo desde fuera del área que se marchó rozando el palo, al igual que Borja López tras una falta que acabó en córner, un saque de esquina que dejaría tocados y hundidos a los de Calm.

Otra vez de córner

Leandro la puso al primer palo, Delmonte la tocó de tacón y Borja, solo, fusiló a René. Demasiados goles ha concedido ya el conjunto mallorquín tras córners. El tanto era mucho premio para los locales por lo poco propuesto, pero suficiente ante un equipo que ha perdido toda seña de identidad y que necesita cambios urgentes.

Con Vinicius ya en el campo, a los blanquiazules solo les quedaba encontrar una jugada aislada para salvar, aunque fuese un punto, insuficiente para el objetivo principal, pero menos dañino que una derrota. Pero cuando no sale ni se propone nada, el resultado suele ser siempre negativo, y así, entre vagas intentonas, más por orgullo que por táctica, se acabó de cocer otra nueva derrota a domicilio. El abatimiento de muchos de ellos tras el pitido final fue el más claro diagnóstico de lo ocurrido.

El equipo lleva demasiadas jornadas jugando a viéndolas venir, sin conseguir resultados y poco a poco alejándose de los puestos de cabeza. Queda tiempo de sobra y duelos directos contra los de arriba, pero el Baleares necesita un cambio de rumbo.