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Oblicuidad | Cosas que hacer a los 91 (si eres Clint Eastwood)

Clint Eastwood, en un fotograma de 'Bronco Billy'.

El Macho de Cry Macho es un gallo de peleas pero, dado que comparte pantalla con Clint Eastwood, pronto queda reducido a Machito. El actor de ultraderecha que apasionó a la ultraizquierda en cuanto se escondió detrás de la cámara, monopoliza una película que sería sorprendente a los 71, pero que a los 91 obliga a preguntarse si hemos oído bien. Los ingenuos creyeron que el actor se agotaba en la muerte crística de Gran Torino. Desde entonces, ha multiplicado sus prestaciones físicas, sin importarle que se inviertan más de diez minutos de película en esperar que el protagonista se desplace andando a sitios que se hallan a unos pasos de distancia.

Cry Macho es un catálogo de cosas que puedes hacer a los 91, si eres Clint Eastwood. La película consta de dos personajes femeninos, ambas caen rendidamente enamoradas del vaquero que solo las aventaja en cuarenta y cincuenta años de edad. Alguien replicará que en La Mula tenía tiempo para acostarse con dos mujeres a la vez, pero entonces solo rondaba los 88. Además de seducir a sus coprotagonistas, también doma un mustang salvaje, se enreda en una pelea física, empuña una pistola amenazadora y conduce miles de kilómetros sin merma aparente de sus facultades. No todos los treintañeros superarían el test físico que aprueba el actor en una sola película.

Cuesta hablar de interpretación porque nunca supuso la mayor fortaleza de Eastwood, pero la presencia ante la cámara durante la totalidad del metraje apenas si cubre una cuota mínima de su participación. También ha dirigido Cry Macho, una labor que en sí misma desaconsejaría un cardiólogo para una persona de 91 años. Y figura además como productor de este melodrama de frontera, una tarea más exigente que pilotar un Fórmula 1. No, no ha compuesto la banda sonora.

El ministro José Luis Escrivá propició la polémica de la semana, al insinuar una ampliación de la vida laboral hasta los 75 años. En Cry Macho encontrará el argumento definitivo para eliminar las pensiones de jubilación, ante la versatilidad en potencia de los nonagenarios. Clint Eastwood ya transformó la impasibilidad en un arte durante los spaghetti westerns rodados en España, ahora aplica la técnica imperturbable a su edad casi infinita. Por ejemplo, los diálogos con mexicanos están doblados, en el sentido de que son pronunciados en castellano y después traducidos al inglés en honor del protagonista, todo ello en el curso de la acción. A los 91, desaparecen las prisas. Nadie te está esperando.

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