Los mismos técnicos y operarios que el miércoles apuntalaron la escultura de Santiago Calatrava en Es Baluard para evitar el riesgo de desplome de la pieza, de quince metros de altura y cuarenta y cinco toneladas de peso, empezaron ayer por la tarde a levantar un gran andamio en la base del bronce con el fin de evitar cualquier peligro de durrumbamiento, retirar el tensor del cubo inferior que el lunes se fracturó y causó la alarma y evaluar de nuevo la estabilidad de toda la escultura, titulada Bou, inaugurada hace sólo veinte días por los Reyes y diseñada por el último Premio Nacional de Arquitectura.

Desde hace tres días el Passeig Sagrera a su paso por Es Baluard está acordonado y cerrado a los viandantes, así como la terraza del museo. Y desde hace dos, dos enormes grúas de gran tonelaje suben los andamios y las vigas de sujección utilizadas para el montaje de la estructura metálica provisional desde el Passeig Sagrera hasta la terraza del museo, donde trabaja un equipo de ocho operarios y un ingeniero que coordina los trabajos.

Sin embargo, los responsables del museo son incapaces todavía de dar cualquier justificación que aclare por qué el lunes se fracturó un tensor fabricado con un material muy especializados y que previamente había superado multitud de pruebas de resistencia.

"La última información que tengo es del miércoles", manifestó ayer por la tarde el concejal de Cultura, Rogelio Araújo, presidente del museo Es Baluard. "Los técnicos han retirado el tensor fracturado y han levantado un andamio para fijar el cubo. Pero no sé nada más. En cuanto tengamos una explicación de lo sucedido convocaremos una rueda de prensa para explicarlo todo", comentó.

El mutismo oficial se ha extendido incluso entre uno de los ingenieros que han dirigido desde la terraza de Es Baluard el apuntalamiento de la pieza y el montaje y levantamiento del nuevo andamio. "El tensor que se ha roto es sólo un elemento decorativo", declaró a este diario. Pero al ser preguntado por qué entonces se apuntalaba la pieza, se acordonaba la zona y se levantaba un nuevo andamio, remitió a la dirección del museo, asegurando que no haría más declaraciones al respecto.

La escultura de Calatrava, que fue aprobada por la comisión de Patrimonio antes de que el museo se inaugurara y la pieza estuviera construida y ubicada, incumple el artículo 31 de la propia Ley de Patrimonio, el que prohíbe explícitamente en bienes de interés cultural la colocación de elementos o instalaciones que rompan la estructura o composición de una fachada.