Dos clanes rivales enfrentados por la ruptura de una relación amorosa llevaron sus rencillas a la Vía de Cintura hace dos años. Dos coches embistieron a otro en el que viajaban varios miembros del otro bando, entre ellos tres niños de unos 12 años. Lo golpearon por detrás y por un lateral, tratando de sacarle de la calzada y causando lesiones a tres de sus ocupantes. Uno de los implicados confesó ayer en los juzgados de Palma, donde la Policía reforzó la seguridad por la presencia de unos 30 miembros de ambos bandos. Hubo tensión, pero ningún incidente. El acusado , defendido por el abogado Gaspar Oliver y que se enfrentaba en principio a cuatro años de prisión, aceptó finalmente pagar 4.080 euros por tres delitos de lesiones y uno de daños.

Los hechos ocurrieron hacia las seis y media de la tarde del 28 de marzo de 2015. El condenado, de 31 años, y otra persona no identificada iban en sendos coches por la Vía de Cintura y se acercaron a un Audi S3, en el que viajaban una pareja del clan rival, su hijo de 12 años y dos amigos del niño, también menores. Uno de ellos embistió al Audi por detrás y acto seguido el otro se colocó a su altura y chocó aposta contra su lateral izquierdo. El conductor atacado trató de escapar. Fue perseguido y volvieron a embestirlo antes de que consiguiera poner tierra de por medio.

A consecuencia de las sucesivas colisiones, tres ocupantes del Audi resultaron heridos. El conductor, su mujer y su hijo sufrieron lesiones cervicales. Además, el coche quedó dañado por los impactos. La reparación costó 2.262 euros.

El juicio se celebró ayer entre fuertes medidas de seguridad. A los vigilantes del juzgado se unieron una decena de efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Los agentes sabían de antemano que numerosos miembros de los dos bandos acudiría a Vía Alemania y consiguieron evitar incidentes. Los policías separaron en dos plantas diferentes a una treintena de integrantes de los clanes y los escoltaron hasta que se marcharon una vez celebrada la vista.

La fiscalía solicitaba inicialmente cuatro años de prisión para el acusado por dos delitos de lesiones con instrumento peligroso, uno de lesiones leves y otro de daños. El ministerio público, sin embargo, rebajó su petición tras alcanzar un acuerdo con el procesado y su letrado. Finalmente, el hombre aceptó un año de prisión por los delitos más graves, que se sustituye por una multa, y sanciones económicas por el resto. Además, no podrá acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con sus víctimas en cuatro años.