Si usted ha cogido el coche esta semana probablemente habrá sufrido en carne propia alguno de los monumentales atascos que se han registrado en las principales vías de Mallorca. El peor incidente se registró el lunes, cuando los operarios que trabajan en la ampliación de la autopista de Inca derribaron por accidente un cable eléctrico de media tensión, que cayó sobre la calzada y obligó a cortar la circulación en los dos sentidos durante una hora y media. El monumental embotellamiento alcanzó siete kilómetros de longitud en sentido Palma y cuatro en sentido Inca, atrapando a miles de vehículos. La circulación no se normalizó hasta pasadas varias horas. Pero no ha sido el único. Durante los últimos días se han producido media docena de colapsos circulatorios kilométricos, causados en muchos casos por accidentes leves, que han puesto de manifiesto la gran vulnerabilidad de la red viaria de la isla. La causa es clara. Hay demasiados vehículos circulando por las carreteras. El parque móvil de las islas ha crecido exponencialmente en los últimos años, empujado por el crecimiento del turismo y la economía en general, mientras que las carreteras son las que son, y no hay más. ¿Soluciones? Pues, a decir de los expertos, pocas. Incentivar el uso de transportes alternativos y ampliar la red viaria, algo que difícilmente va a cambiar a corto plazo. Así que, sufrido conductor, ya puede irse acostumbrando a vivir en un atasco casi permanente.

"Los accesos a Palma y la Vía de Cintura están al límite de su capacidad durante todo el año", comenta un veterano agente de la Guardia Civil de Tráfico, "pero esta situación se agrava enormemente con la temporada alta turística, cuando entran en circulación miles de coches de alquiler conducidos por turistas".

Un millón de vehículos

Esta es la principal causa del colapso. Simplemente hay demasiados vehículos en circulación por las carreteras de Mallorca. Según las estadísticas oficiales de la Dirección General de Tráfico, en 2016 había matriculados en las islas 969.234 vehículos a motor, de los que 684.714 eran turismos.

El número de vehículos matriculados se ha elevado exponencialmente durante los últimos años. De hecho, son casi 200.000 coches más que los que había en el año 2000. Y sigue creciendo. Durante este año se han sumado unos 30.000 vehículos más, con lo que la cifra de vehículos matriculados en funcionamiento roza el millón. Si se tienen en cuenta los ciclomotores, se supera ampliamente esa cantidad.

Pero a ello hay que añadir una amplia flota de vehículos de alquiler, matriculados en su mayoría fuera de las islas, que se incorporan a las carreteras de las islas en temporada alta -una temporada que cada vez comienza antes y termina más tarde-. No hay datos oficiales de cuántos coches de alquiler llegan en verano a la isla, aunque las diferentes fuentes sitúan la cifra en una horquilla de entre 70.000 y 100.000 vehículos. Es mucho más que una gota lo que hace rebosar el vaso.

"Hay que tener en cuenta que vivimos en una comunidad autónoma formada por islas, con una gran afluencia turística", indica Cristina Gago, directora provincial de Tráfico. "Durante los últimos años, en especial desde 2014, se ha incrementado mucho el número de vehículos y el número de desplazamientos, motivado por la recuperación económica. Hay más gente que se desplaza para ir al trabajo y hay más turistas. Y las infraestructuras empiezan a manifestar sus limitaciones".

Porque las carreteras son las que son. Las islas tienen unos 2.300 kilómetros de vías interurbanas, unos 1.800 en Mallorca. Y las áreas asfaltadas no pueden crecer al mismo ritmo que el parque de vehículos.

La responsable de Carreteras del Consell, Mercedes Garrido, comenta que "esta semana hemos tenido bastante mala suerte", aunque admite que algunas carreteras de la isla, como la Vía de Cintura, están al máximo de su capacidad, "lo que implica que un accidente o cualquier imprevisto provoque grandes retenciones".

¿Las soluciones?

Difíciles y ninguna a corto plazo. Los expertos abogan por promover un cambio en la sociedad. Recuerdan la tendencia que tienen muchos mallorquines por abusar del transporte privado. "Una solución pasaría por impulsar el transporte público", comenta el guardia civil de Tráfico. "También esperamos que la finalización del segundo cinturón de Palma contribuya a aliviar la presión".

Una valoración con la que coincide Cristina Gago. "Sería necesario un cambio de mentalidad, concienciarnos para utilizar medios de transporte más sostenibles y alternativos, pero es algo que va a requerir mucho tiempo. Por otro lado, habría que plantearse un incremento en la capacidad de las infraestructuras, aunque estas decisiones las deben tomar los políticos".

Y la política, en este caso la consellera Mercedes Garrido, explica que están en ello, "aunque en cuestión de carreteras es complicado actuar de un día para otro".

La consellera enumera distintos planes de mejora de las carreteras o los que buscan desarrollar el transporte público por carretera o la red ferroviaria. "Estamos trabajando en la ampliación de la autopista de Inca y para el año que viene ejecutaremos un tramo de la Vía Conectora. Se trata de hacer mejoras concretas, pero no se puede ampliar un diez por ciento de las carreteras al año".

Garrido añade que el futuro pasa por "el coche compartido y el transporte público. Habrá que dejar de usar un coche con un único ocupante".

Y no desaprovecha para quejarse de la falta de financiación estatal. "Parte de la fabulosa red del AVE que están montando en la península se sufraga con el dinero que sacan de los puertos, y uno de los puertos que más aporta es el de Palma. Pero el Estado no dedica ni un céntimo a mejorar la red ferroviaria de Mallorca. Esta falta de financiación nos impide realizar muchas de las infraestructuras que precisan los ciudadanos".