Varios testigos han exculpado hoy a los acusados del asalto mortal en el chalé del Port de Pollença ocurrido en las Navidades de 2013 en el que el dueño de la casa, un suizo de 78 años falleció tras sufrir una paliza y ser maniatado con bridas. Los testigos, todos ellos familiares de los sospechosos, los han desvinculado del atraco durante la segunda sesión del juicio celebrado en la Audiencia de Palma.

La pareja del principal procesado ha explicado que el 24 de diciembre de 2013, cuando supuestamente intentaron robar en la vivienda de la carretera vieja de Síller, en el Port de Pollença, su compañero sentimental y ella pasaron la Nochebuena en un hotel. Y, el 27 de diciembre, cuando se produjo el violento asalto y la paliza al morador de la casa, estuvieron en un centro comercial de la isla, patinaron sobre hielo y fueron al cine. La mujer también ha negado que su pareja tuviera un Seat Ibiza amarillo y que atravesara por problemas económicos. Según su versión, ambos habían planeado marcharse a Chile mucho tiempo atrás y ha reconocido que en ese país, el acusado fue detenido tras ser sorprendido con 1,8 kilos de cocaía "y muchas cosas más".

Otro testigo, cuñado del principal sospechoso, se ha desdicho de su anterior declaración ante la Guardia Civil en la que dijo que el procesado era capaz de perpetrar el violento robo él solo y si lo hacía con alguien, lo haría con 'El Gordo', el segundo imputado. El hombre ha negado hoy esta versión y ha alegado que firmó la declaración sin haberla leído. "Lo que pone ahí no es así", ha recalcado. Según su versión, él también fue investigado por la Guardia Civil, pero se salvó por la pulsera telemática que llevaba, que demostró que ese día no estuvo en el lugar de los hechos.