Los acusados de perpetrar un asalto mortal en un chalé del Port de Pollença a finales de diciembre de 2013, en el que el dueño de la casa, un suizo de 78 años falleció tras sufrir una tremenda paliza, negaron los hechos ayer en la Audiencia de Palma en la primera sesión del juicio. Los tres procesados dieron versiones distintas sobre lo sucedido. El principal sospechoso, de origen uruguayo y que fue detenido en Chile, negó en rotundo todos los cargos. Rechazó haber intentado robar en la vivienda la madrugada del 24 de diciembre de 2013, así como haber atacado al dueño y haberle maniatado con bridas tres días después. Su expareja, que declaró como testigo, indicó ayer ante la sala que él le confesó que había forcejeado con el morador y que se tenía que ir a Francia porque el robo había salido mal.

El supuesto asaltante, para quien el fiscal reclama una condena de 25 años y medio de prisión por homicidio, robo con violencia, detención ilegal y robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa, alegó que mantenía una mala relación con su exmujer y que por eso le incriminaba. "Ella me odia, por eso me implica", destacó ante el tribunal de la sección segunda. "Ella me denunció por violencia de género en 2006 y el caso acabó archivado", agregó. El hombre aseguró que en esas fechas trapicheaba con drogas en la isla. Una vez se estableció en Chile, fue detenido por narcotráfico al ser sorprendido con casi dos kilos de cocaína y otros diez de sustancias de corte, según su versión. Ayer reconoció que se fugó cuando se hallaba bajo arresto domiciliario en Chile con la colaboración de uno de los policías que le custodiaban las 24 horas del día. "Me dieron la opción de hacerlo y de pagar un dinero", aseguró.

Mientras, su compinche, otro ciudadano uruguayo, y el hijo de su expareja, de 23 años al que cuidaba, ambos encausados, admitieron en la vista oral haber intentado robar en el chalé situado en la carretera vieja de Síller, en el Port de Pollença, la madrugada del 24 de diciembre de 2013. También coincidieron al señalar que trataron de drogar a los perros de la casa dándoles sobrasada con una sustancia tóxica para adormecerlos. Sin embargo, se desvincularon del asalto y la paliza ocurridos tres días después.

El segundo acusado uruguayo confesó que "necesitaba dinero" y que esa madrugada los tres sospechosos fueron al chalé, saltaron un muro, subieron a un tejado y se le dio de comer a los perros para dejarlos dormidos. Luego, accedieron al recinto, forzaron el marco de una puerta con un destornillador, pero sonó un pitido de la alarma, por lo que desistieron. "Salimos por el mismo tejado por el que entramos. Vimos una furgoneta de la empresa de seguridad", recordó.

Cita en el hospital

El procesado, que también se enfrenta a una petición de condena de 25 años y medio de cárcel, detalló que el 5 de enero de 2014 quedó con el principal acusado en el aparcamiento del hospital de Inca y allí este le dijo que se iba a Chile por todo lo que había pasado y le reconoció que fue él quien entró en la casa de nuevo el 27 de diciembre. "Tenía arañazos y llevaba el periódico en el coche con lo que había pasado, que había fallecido un señor", indicó.

Por su parte, el tercer acusado declaró que participó en el intento de asalto pero exculpó al excompañero de su madre. "Me iban a dar 5.000 euros por vigilar. Me dijeron que vivían dos personas mayores en la casa y que yo solo tenía que vigilar. Me dijeron que había dinero y oro en la casa", puntualizó. El muchacho, para quien el fiscal pide dos años de prisión, negó la participación en los hechos del principal sospechoso, que era "como un padre" para él, y justificó que en un primer momento le incriminara al recibir mensajes por Facebook y cartas amenazantes. Su madre, en cambio, acusó a su excompañero y dijo que no le odiaba.

La mujer del fallecido confirmó que uno de los asaltantes le propinó una tremenda paliza a su marido, al que tenían maniatado con bridas. Según su versión, eran dos sospechosos con el rostro tapado con pasamontañas, gorro, bufanda y guantes. Accedieron al chalé cuando su esposo salió a buscar el periódico. Mientras uno de ellos no paraba de pegar al hombre, el otro pidió a la mujer el dinero de la caja fuerte. "No había nada, no se llevaron ni un euro", recalcó. "Yo no vi restos de sobrasada en casa, esto es un bulo del periódico", indicó. La mujer detalló que fue encerrada en el aseo y que su marido se arrastró malherido desde la cocina hasta conseguir abrir la puerta y liberarla.