"Nos esperan partidos muy importantes, empieza nuestra Liga. Son rivales directos, nos vamos a jugar mantener la categoría", pronosticó Javier Olaizola el sábado después de que el Real Mallorca firmara un decepcionante empate contra el Levante.

Ha terminado el ´Everest´ para el conjunto bermellón, un tramo de la competición en el que se ha medido a una mayoría de equipos de la parte alta de la clasificación. Cádiz, Girona, Tenerife, Oviedo o el propio Levante se han enfrentado ya a un Mallorca que no ha salido victorioso de ninguno de esos duelos.

El calendario ha reservado para el final compromisos con equipos de la parte baja de la tabla, en su mayoría rivales directos de los hombres de Olaizola por la permanencia. Serán ´finales´ en el más amplio sentido de la palabra para uno y otro equipo, y habrá premio para el que gestione mejor la ansiedad.

Atendiendo a la clasificación, son nueve los equipos implicados en la pelea por la salvación, incluyendo a un Mallorca que ocupa la penúltima posición. Ocho rivales directos, de los que seis esperan a los rojillos antes de que termine el curso: Alcorcón, Nàstic, Zaragoza, Córdoba, Almería y Mirandés. Elche, Sevilla Atlético, Numancia, Valladolid y Getafe ocupan a día de hoy la zona templada de la tabla, y podrían brindar duelos asequibles si en el momento de medirse con el Mallorca ya no tienen nada por lo que pelear.

El vestuario sabe que evitar un dramático descenso a Segunda B pasa por vencer a sus rivales directos. Los precedentes invitan a un cierto optimismo, ya que las dos únicas victorias que se ha apuntado el grupo de Olaizola este 2017 se conquistaron en Son Moix contra el Mirandés y el Rayo Vallecano, dos equipos que siguen en serios aprietos.

La primera, en el Santo Domingo

Los rojillos también paladearon el triunfo en su visita al UCAM, pero el colegiado favoreció el empate de los murcianos inventando un penalti cuando quedaban diez minutos para la finalización del encuentro.

La primera gran final tendrá lugar este viernes en el Santo Domingo de Alcorcón. El conjunto madrileño, que ha regresado esta jornada al descenso al caer contra el Almería, suma este año dos victorias y once puntos de 36 posibles. Números tan pobres como los del Mallorca, por lo que el resultado es muy incierto. Es obvio que una derrota podría dejar descolgado al equipo de Olaizola y muy cerca del desahucio.

Serán cinco partidos a domicilio y seis en Son Moix. El primero de ellos, dentro de dos semanas contra un Nàstic que ha abierto brecha con los rojillos después de que el sábado asaltara por sorpresa el feudo del Valladolid.

Será un final de campeonato que pondrá a prueba los corazones de muchos mallorquinistas, como auguró Juan Culio hace dos semanas. Los números están claros: el grupo de Javier Olaizola necesita seis victorias en esas once últimas jornadas para alcanzar los 49 puntos que previsiblemente serán suficientes para certificar la permanencia. Todo un desafío para un equipo que hasta la fecha ha ganado ese mismo número de partidos en 31 jornadas.

El Mallorca está obligado casi a una proeza, pero confía en un calendario que le permitirá decir la última palabra en la pelea por la salvación. El desenlace se aproxima y la situación es límite.