El Real Mallorca cosechó un empate que oscurece un poco más su horizonte. El Levante ejerció de líder a medio gas, más aún cuando se quedó con uno menos a treinta minutos del final. A los hombres de Olaizola les llegó para empatar el partido, pero se les escapó un triunfo innegociable para la permanencia

Santamaría sostuvo al bloque bermellón durante la primera parte. La ansiedad por la situación clasificatoria hizo estragos entre los mallorquinistas, que espabilaron después del descanso. Pero con las ganas no bastaron. Otra vez los rojillos fueron nulos en los últimos metros, y solo Ansotegi fue capaz de rescatar un empate menor a balón parado.

En su búsqueda de un revulsivo que modificara la trayectoria del equipo, Olaizola volvió a cambiar de libreto. Entregó la portería a Santamaría en detrimento de Cabrero. Y dio la manija a Álex Vallejo en el centro del campo. Fueron las dos grandes sorpresas de un once al que también regresó Moutinho después de algunas jornadas en el dique seco.

Quien esperaba un arranque fulgurante del Mallorca se equivocó. La clasificación pesa en el ánimo de unos futbolistas que empezaron a cámara lenta, sin piernas para llegar a los centros ni mucho menos ideas para buscar la espalda de la defensa rival.

Los visitantes olieron el miedo -pánico, más bien- de su adversario y no tardaron en merodear con peligro. El primer aviso llegó en un remate de Morales al que respondió Santamaría con una gran intervención. Cuando llegó el segundo ataque de los valencianos el Mallorca ya era un manojo de nervios. Toño se internó por la derecha y Jason remató a la red con la colaboración de Raíllo.

Más madera para un equipo en combustión. Intentó inquietar el Mallorca. Puro fogueo. Cuando el Levante volvió a asomarse a la portería de Santamaría lo hizo estrellando un balón en el larguero que podría haber sido la sentencia.

Esta vez los hombres de Olaizola supieron responder. O casi. Porque es difícil ver a un equipo profesional tan cándido en el área rival. Brandon envió fuera un remate a bocajarro y Raúl abortó un remate de Moutinho con una gran intervención. Al menos el Mallorca había empezado a dar señales de vida, descubriendo algunas lagunas más que notables en su rival.

Sin embargo, antes del descanso el Levante sacó galones de líder y con dos contragolpes dejó en evidencia a la tembolorosa zaga bermellona. Santamaría, tremendamente inspirado en este primer acto, desvió los remates consecutivos de Morales y Víctor Casadesús, permitiendo que el Mallorca enfilara el túnel de vestuarios todavía con algo de pulso.

Olaizola dio otra vuelta de tuerca a su idea después del descanso. Company relevó a un Juanjo Nieto superado por la situación y todavía muy verde para la categoría. Y Salomao sustituyó a un Vallejo fuera de lugar. El portugués ocupó la banda izquierda, desplazando a Culio al centro del campo.

De las botas del argentino nació la primera ocasión del Mallorca en esta segunda parte, pero su disparo se fue a las manos de Raúl. Moutinho habría empatado poco después si no hubiera tenido el punto de mira tan desviado.

La desesperación podía más que el miedo en un Mallorca que, ahora sí, parecía resuelto a dar la vuelta al marcador. Ya sin nada que perder -porque casi todo estaba ya perdido- los rojillos se lanzaron contra la meta de Raúl, dispuestos a abrirse paso entre alguna de las grietas abiertas en el Levante.

El Mallorca había presentado ya unos cuantos argumentos para empatar, y el colegiado ofreció otro, de peso, cuando expulsó a Rober por doble amonestación. La superioridad numérica dio más alas a los hombres de Olaizola, que convirtieron su dominio en asedio.

No tardó en llegar la igualada. Moutinho ejecutó un lanzamiento de falta y Ansotegi se elevó por encima de su marcador para cabecear a la red.

El Mallorca ya oficiaba como un equipo que se juega la vida, consciente de que competir en casa no admite concesiones, y menos contra un rival en inferioridad numérica. Ansotegi rozó el doblete con otro cabezazo que detuvo Raúl.

La noche era propicia para la aparición de un héroe, alguien que desnivelara la balanza y retuviera tres puntos vitales en casa. Pudo haber sido Lekic, pero falló en un mano a mano con Raúl a cinco minutos del final. El error del serbio, otra vez villano, desinfló a un Mallorca que perdió el entusiasmo, se conformó con un punto y cavó un poco más profundo su fosa.

MALLORCA: Santamaría, Juanjo Nieto (Company, m. 46), Ansotegi, Raíllo, Angeliño; Vallejo (Salomao, m. 46), Yuste; Moutinho, Culio, Brandon y Lago Junior (Lekic, m. 63).

LEVANTE: Raúl; Pedro López, Postigo, Rober, Toño; Lerma (Insa, m. 9), Morales (Montañés, m. 82), Jasón, Campaña; Víctor Casadesús (Chema, m. 61) y Roger.

Goles. 0-1 (m. 15): Jason aprovecha un centro al área. 1-1 (m. 70): Ansotegi cabecea una falta de Moutinho.