Biel Cerdà parece dispuesto a apurar hasta el final del plazo legal para convocar el Consejo de Administración -el 10 de octubre- en el que se debatirá la ampliación de capital. Hay muchos interrogantes sobre lo que pueda suceder porque a día de hoy no está clara ni la cifra que será necesaria para dar viabilidad al club -se habla de un mínimo de cinco millones de euros- ni qué accionistas cubrirían esa cifra. De momento solo parece claro que Pedro Terrasa no acudirá a dicha ampliación, aunque para entonces lo normal es que ya haya vendido su 25 por ciento de acciones a Dudu Aouate o a Utz Claassen.

El club se la juega porque si no se alcanza una cantidad suficiente habrá liquidación. Incluso la podría instar cualquier accionista o consejero porque se trata de una obligación legal derivada de la ley de sociedades de capital. Contravenir esa norma implicaría que los miembros del Consejo tendrían que responder con su patrimonio personal.

Pese a la gravedad de la situación -el club apenas puede afrontar sus pagos corrientes- Cerdà se ha negado hasta el momento a convocar el Consejo y es el único que tiene potestad para hacerlo en su condición de presidente. Apurará hasta el final para ganar tiempo y tratar de vender sus acciones antes de llegar a un ampliación a la que no desea acudir, lo que implicaría devaluar sus títulos.

En caso de que se aprobara, sería necesario convocar la Junta General de Accionistas que ratificaría la decisión. Después habría un mes para inyectar el dinero.