Valeri Karpin es quien más tiene que perder esta tarde en Son Moix, porque si la derrota vuelve a caer del lado del Real Mallorca, el técnico se asomará a la destitución. Hasta ahora el desgobierno que impera en el club ha sido el mejor aliado del preparador bermellón al no haber una figura con el apoyo necesario para tomar una decisión tan trascendente. Sin embargo, será difícil que resista en el banquillo si el Mallorca acaba la sexta jornada sumando uno de dieciocho puntos.

El Barcelona B es la otra cara de la moneda. Futbolistas sin presión y sobrados de motivación para gustar y tener una oportunidad en el primer equipo. Un equipo que siempre juega al ataque independientemente del marcador y que derrocha talento y descaro para buscar la portería rival. Es decir, un engorro para este Mallorca.

Será una tarde especial para Marco, todavía frustrado porque el Mallorca no le dejó seguir progresando en el filial blaugrana.

Los catorce goles encajados en solo cinco jornadas -seis el pasado domingo ante Osasuna- han empujado a Karpin a diseñar cambios en la línea de atrás. Una "revolución", como él mismo dijo el viernes, que podría tener su máximo exponente en Kasim. El ghanés del Mallorca B apunta a la titularidad en el que sería su debut en el primer equipo.

También apunta a la suplencia un Gulan que además de flojo esta semana no ha entrenado con normalidad por unas molestias. Su lugar lo ocuparía Saborit.

La novedad más importante arriba será Pereira, que regresa después de superar una lesión, y la gran incógnita reside en quién ocupará la portería.

Uno de los puntos de atención estará en la grada. Los futbolistas lanzaron el miércoles una campaña en twitter en la que reclamaban el apoyo de la afición. En el fondo se trata de detener la sangría de espectadores que está registrando Son Moix esta temporada y que registró su peor dato hace dos semanas, cuando solo algo más de cinco mil espectadores presenciaron el encuentro contra el Recreativo.