Biel Cerdà solo ejerce de presidente cuando toca recibir la visita del Barcelona B, el club de sus amores y en el que hace algunos años ejerció como directivo. El pollencí invitó a cenar anoche a los directivos de la entidad blaugrana desplazados a la isla a costa del Real Mallorca. El ágape tuvo lugar en el restaurante Ca´n Eduardo y abonó la factura con la tarjeta del club, pese a su crítica situación económica.

El Mallorca no participa en comidas de directivas, que además no son frecuentes en Segunda. Cerdà, que tiene que esconderse de un mallorquinismo que le repudia, tampoco asiste al palco desde la pasada temporada, pero no está dispuesto a perderse una cena con directivos de un Barcelona por el que siente devoción. El pasado curso les invitó a comer antes del partido y les dejó en la puerta de Son Moix por miedo a los insultos del mallorquinismo.