¿Por qué eligió ser policía local?

Siempre me había gustado poder ayudar a los demás, consideraba que era una profesión de admirar. Ayuda mucho la voluntad de servicio a los demás, hay que tener empatía con las personas, tratarlas con respeto. Cada caso es diferente y no sabes qué encontrarás. Lo más importante es saber desconectar cuando acabas la jornada pero algunas veces no lo consigues, es muy difícil.

¿Cómo la aceptaron sus compañeros y los vecinos, ya que todavía no era normal ver a una mujer de uniforme?

Me aceptaron muy bien desde el primer momento, y yo me supe adaptar. Los compañeros me ayudaron y así pude aprender la tarea profesional de Policía Local, que no es tan fácil como la gente se piensa.

¿Cómo era el cuerpo de la Policía Local hace 25 años, cuando usted empezó?

Cuando entré en el año 1992 la plantilla estaba formada por once policías y un oficial, hacíamos todos los servicios, atestados, demandas judiciales, policía de barrio, educación vial y otros servicios.

¿Ha cambiado mucho el municipio en estos 25 años?

Ha cambiado mucho, principalmente por su proximidad con Palma. Es la vida de un pueblo pero como si vivieras en la capital. Los únicos núcleos que conservan la vida auténtica de pueblo son Pòrtol, sa Cabaneta y Es Pla de na Tesa. Los policías que como yo llevamos 25 o más años de servicio tenemos una proximidad con los habitantes de estos núcleos que suelen hacer vida de pueblo y la mayoría, por no decir todos, se conocen de toda la vida. Esta proximidad no existe en el resto de las nuevas urbanizaciones.

¿Cree que la incorporación de mujeres en la Policía Local ha sido positiva?

Sinceramente creo que hemos aportado muchas cosas positivas y somos de gran ayuda, como en los casos en los que hay que ejercer de mediadora entre conflictos, apoyo a las mujeres que han sido víctimas de agresiones sexuales o de violencia de género. Muchas mujeres no se atreven por miedo a denunciar estos casos, pero si es una mujer que les dice que les puede ayudar y protegerlas, se animan a efectuar la denuncia y se sienten protegidas.

Durante estos 25 años seguro que ha visto casos de todos los colores, ¿de cuál guarda mejor recuerdo y cuál le afectó más como persona y policía?

El que me dio más satisfacción ocurrió durante un incendio que hubo en Son Cos, donde se estaba pegando fuego una vivienda con la abuela y tres nietos de corta edad. Debido a los nervios la abuela no podía abrir la puerta, mientras pedía auxilio, afortunadamente llegamos a tiempo para sacarlos de la casa, que estaba llena de fuego y humo. Son muchos los sucesos que me han afectado, pero sobre todo uno donde un joven sufrió un accidente de moto, estaba totalmente consciente y hablábamos los dos, como lo hacemos ahora nosotros, le tenía cogida la mano ya que no paraba de temblar a la espera de la ambulancia. Cuando subió a la misma nos despedimos, él agradeciendo mi atención y yo deseando que se recuperara pronto. Al día siguiente un familiar pasó por el cuartel para agradecerme mi actuación al mismo momento que me comunicaba que el joven había fallecido a consecuencia de las heridas internas. No me lo podía creer después de recordar la forma en la que nos despedimos.

¿Recomendaría a las mujeres que ingresen en la Policía Local?

Si tienen esta vocación sin lugar a dudas, es un trabajo que tiene su vertiente muy positiva y gratificante, que es el trato directo con los vecinos del pueblo. Después de 25 años mucha gente me conoce y estoy muy contenta de trabajar en Marratxí, y espero poderlo hacer durante 25 años más. Agradezco a todos los compañeros la compresión y ayuda así como la oportunidad que me dan de aprender y mejorar profesionalmente.