Responsables del proyecto arqueológico y paisajístico de Son Servera, el arqueólogo local Antoni Puig y el profesor de la Universidad de Washington, Marc Llobera O'Brien, hicieron ayer balance de los trabajos llevados a cabo en los últimos cinco años y que permitirán saber la actividad que realizaba el habitante serverí a lo largo de los tiempos, desde la prehistoria hasta la época romana.

Para ello se han realizado unas prospecciones llevadas a cabo por la Universidad de Washington, con unas técnicas novedosas de geolocalización, que brindan numerosos datos, además de los propios de peso, medidas, etc. El uso de esta tecnología ha permitido inspeccionar once hectáreas y recoger datos de más de 22.000 puntos geolocalizados que se han traducido en el hallazgo de cerca de 20.000 fragmentos de los cuales al rededor de la mitad han sido localizados y catalogados.

Toda esta información permitirá en un futuro cruzar datos y sacar conclusiones incluso de otras épocas ahora no estudiadas a fondo. El proyecto también trabaja en las excavaciones de los asentamientos de Son Lluc, Es Turó de s'Olivar o Mestre Ramon.

Con los resultados de estas excavaciones ya se intuye que los asentamientos estuvieran relacionados, que ha habido épocas que se han habitado, otras que se han dedicado al culto incluso a enterramientos.

El proyecto es financiado por el ayuntamiento de Son Servera y cuenta con la colaboración de otras entidades como la Universidad de Washington, quienes han querido destacar además las facilidades en logística aportadas desde la regiduría de Patrimonio.

En estos cinco años han pasado un total de 140 voluntarios de diferentes universidades españolas e internacionales. La ilusión es, por todo ello, protagonista.