La jornada de ayer no pudo ser más lucida. El sol brilló con intensidad ofreciendo un marco incomparable para cerrar las fiestas de Pascua en muchas de las ermitas y enclaves locales de municipios de Mallorca. El tiempo concedió una esperada tregua. Después de dos días muy desapacibles, ayer realmente amaneció una jornada primaveral.

El último domingo de Pascua, conocido también como Diumenge de l'Àngel significó una oportunidad aprovechada por numerosos vecinos para acudir en masa a sus romerías.

Los pancaritats tradicionales han sustituido casi por completo la comida de empanadas y robiols por la paella. Así se ha impuesto en casi todas las romerías. Cabe destacar que es normal puesto que queda lejos ya el Viernes Santo o el Sábado de Gloria, fechas en que tradicionalmente se elaboran estas pastas saladas en los hogares de la isla.

Antiguamente se consumían este día las últimas empanadas, las llamadas reforneres. Su nombre proviene de la costumbre que se tenía de pasarlas de nuevo por el horno al cabo de varios días para evitar que fermentaran, o como se decía popularmente que fassin filet. Traducido literalmente sería: que hagan hilillo, en alusión a unos hilos viscoso que se nota en las empanadas cuando llevan varios días y han fermentado.

Hoy en día se ha perdido por completo esta práctica y es la paella la protagonista, así se vio de forma multitudinaria en Santa Maria, sa Cabaneta, Alaró, Inca, donde incluso tiene lugar un concurso, y en casi todas las romerías