La gran mayoría de pueblos de Mallorca celebraron ayer por la mañana, estrenando el horario estival, las tradicionales procesiones del Encuentro entre las figuras de Jesucristo resucitado y la Virgen María. Es la conmemoración religiosa que marca el final de la Semana Santa y la que tiene un sabor más alegre, después de las procesiones del Jueves y el Viernes Santo que representan la muerte de Cristo.

Con un día de clima totalmente primaveral, miles de personas en toda la isla acudieron a sus respectivas procesiones para disfrutar del reencuentro entre madre e hijo, que se vivió con gran solemnidad en todas las localidades, arrancando más de un aplauso espontáneo en el momento en el que la Virgen hace una reverencia ante la figura de su hijo resucitado.

La anécdota de la mañana ocurrió en Andratx, donde los hombres que portaban la figura de Jesucristo tuvieron un contratiempo que estuvo a punto de acabar con la imagen cristiana por los suelos. Cuando la sacaban de la rectoría, la talla se ladeó porque fallaron los anclajes de la imagen sobre el paso que la portaba. La procesión pudo culminarse sin mayores problemas, aunque con un poco de retraso respecto al horario establecido.

Además de las procesiones del Encuentro, la tradición marca que el de ayer era un día especial en muchos domicilios, donde la freixura o frit de Pasqua hizo acto de aparición sobre las mesas familiares.

Hoy lunes es el día de los 'pancaritats' en muchas localidades de la isla en las que cientos de personas acudirán en romería para participar de una jornada de compañerismo para consumir las últimas panades y robiols de la Semana Santa.