Vecinos de algunas calles de Muro se han encontrado estos días con la sorpresa de que el agua que manaba por sus grifos salía turbia y en otros casos con un fuerte olor a lejía. Se trata de una contaminación de la red de la cual se ignora el origen y que ha sucedido tras producirse por una avería. Cabe decir que ayer la situación estaba prácticamente restablecida y sin peligro.

Todo comenzó el pasado lunes. La empresa concesionaria del servicio, Aqualia, tenía previsto subsanar una deficiencia en la parte baja del barrio de Santa Anna. Detuvo el suministro para efectuar una sustitución de cañerías que se habían deteriorado. Con ese parón se produjo una bajada de presión en toda la red.

Según fuentes municipales, cuando hay una bajada de presión, puede darse una situación de retorno pues si los usuarios no disponen de una válvula de contención, el agua de sus depósitos puede retroceder al haberse invertido la presión.

La sospecha de los técnicos es que se ha producido un vertido de cloro a la red de procedencia industrial, pero que no ha podido ser determinada de momento, como consecuencia del parón en el suministro del pasado lunes para sustituir conducciones.

El Ayuntamiento de Muro registró a lo largo de tres días llamadas de vecinos que denunciaban que el agua tenía un fuerte olor a cloro o que estaba turbia. La empresa concesionaria comenzó una investigación que delimitó la incidencia a un conjunto de calles: Joan Gamundí Ballester, Sagrera, Antoni Carrió, Antoni Cànoves, Justícia, Josep Lluís Miralles, Gènova y Baronia d´Ampúries.

Drenaje de la red

Ante esta situación, la empresa concesionaria optó por drenar toda la red y sanearla. El problema se centró posteriormente en los vecinos que disponen de depósitos de acopio de agua. Para estos casos Aqualia se ha hecho cargo y, según se ha informado, se han efectuado algunas actuaciones consistentes en verter un reactivo que neutraliza el efecto del exceso de cloro en dichos depósitos.

La empresa asegura que a día de ayer la situación estaba restablecida. Sin embargo, fuentes municipales aseguraron que no se ha podido identificar la procedencia del cloro que retroalimentó la red provocando la contaminación del agua por exceso de cloro.