El cierre de Cala Banyalbufar, que se decretó el pasado mes de agosto por peligro de desprendimientos, tiene los días contados. Madrid anunció ayer que ha aprobado el proyecto para estabilizar el talud de este punto del litoral, para alivio de los vecinos y, sobre todo, empresarios del pueblo, que sufrían las consecuencias económicas del cierre al público de la cala por la pérdida de uno de los principales atractivos turísticos de la localidad.

En concreto, la dirección general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente dedicará más de 700.000 euros a la estabilización del terreno, con el objetivo final de que la cala pueda abrirse al público antes de que empiece el verano. El Ministerio pretende que el plazo de ejecución de la obra sea de tres meses.

La reforma constará de varias fases. Por un lado, los operarios sanearán y asegurarán el talud, quitándole las piedras y cuñas que actualmente se encuentran inestables y amenazan con desprenderse. Como parte de esta operación, se procederá también a retirar los árboles y arbustos que han crecido en algunas grietas.

Sustitución de la malla

Además, la reforma implicará la sustitución de la malla existenten en la actualidad y su sistema de apoyo para garantizar que "quede adosada al terreno mediante barras de acero", según informó la mencionada dirección general. El cierre de la cala data del pasado 3 de agosto, cuando se produjo un importante desprendimiento de rocas.

A raíz de eso, el Consistorio encargó un informe al Instituto Geológico y Minero de España (IGME) para que hiciese una valoración sobre el estado en el que se encontraba este punto del litoral. El estudio constató que sería conveniente reparar el talud y los elementos de estabilización instalados por Demarcación de Costas en Balears, a fin de garantizar la protección de los bañistas.

Ésta, la de salvaguardar la seguridad de los usuarios de la cala, ha sido una de las reivindicaciones constantes que ha hecho en los últimos meses el Ayuntamiento dirigido por el alcalde Mateu Ferrà.

En varias cartas enviadas a Costas y a Delegación de Gobierno en Balears, Ferrà resaltaba lo urgente de llevar a cabo estas actuaciones, ya que, recordó, el Consistorio "no cuenta con los suficientes medios humanos y materiales para garantizar que la prohibición de paso a la cala sea efectiva".