En Mallorca existe un club dedicado al arte de la caza con aves rapaces y que cuenta con unos setenta socios. Es el Club Mallorquín de Cetrería y está presidido por José Salom, natural de Santa Maria, que lleva más de 20 años practicando esta técnica.

Dedicarse a la cetrería no precisa de ninguna cualidad especial. Únicamente paciencia, devoción por los pájaros y principalmente tiempo para la lección son los únicos requisitos. José Salom explica que la asociación "está abierta a enseñar o ayudar" en la iniciación de esta afición tan singular a todas aquellas personas interesadas. "Incluso para los nuevos socios realizamos cursos totalmente gratuitos", apunta.

Para conocer un poco más el mundo de la cetrería, miembros de la asociación realizan una demostración en un pinar situado en las afueras de Santa Maria. Allí los presentes pueden observar el vuelo majestuoso del águila Harris, propiedad de Marina Aguilera, única socia femenina del club. Esta águila es un ave predominante en Sudamérica y es muy conocida en la zona de Sonora, según comenta Salom. "Estas aves se adaptan muy rápidamente a su entorno", indica. Un ejemplo de ello es que el águila Harris pesa entre 1.000 y 1.200 gramos en Suda-mérica, mientras que aquí en Mallorca el macho alcanza únicamente los 700 gramos.

Otra de las aves que utilizan habitualmente es el halcón peregrino, que prácticamente habita en todo el mundo. En Norteamérica la hembra puede llegar a pesar 1.200 gramos, mientras que en África o Canarias el máximo son 700 gramos. En Mallorca, el macho de esta ave tiene un peso que oscila entre los 450 y los 500 gramos, mientras que la hembra va de los 700 a los 800 gramos.

Otro de los ejemplares que posee José Salom es un halcón Gerilfate Pollo, autóctono de los Países Nórdicos. Su hábitat prioritario es la nieve, donde comparte territorio con los lobos blancos, osos polares y otros animales de la zona. Al igual que las demás aves, se adaptan a su nuevo hábitat sin dificultades y el cambio de peso que experimentan depende del tamaño de los animales que constituyen sus presas, que son diferentes aquí que en su lugar de origen.

El adiestramiento y enseñanza de las aves que se utilizan en la cetrería es prácticamente el mismo si se trata de vuelos a la tira más o menos largos. A partir de aquí cada una de las aves necesita un adiestramiento diferente.

Dos modalidades de caza

En la cetrería hay dos modalidades de caza dependiendo del ave que se utiliza. Así, los azores, águila Harris, gavilanes y otras aves similares son usadas para la caza del conejo, la liebre o pequeñas aves y salen directamente del puño del cetrero una vez que ha sido localizada la presa.

En la otra modalidad, denominada de altanería, se utiliza preferentemente el halcón peregrino y las presas suelen ser aves. Esta técnica consiste en que el halcón vuela en círculo por encima del cetrero a una altura que oscila entre los 70 y los 200 o 300 metros, dependiendo de lo que permita el terreno. El ave puede llegar a los 700 metros, pero según José Salom, "a esta altura ya no coge nada". Una vez localizada la pieza por el cetrero con ayuda de un perro, el halcón inicia su vuelo en picado hacia la misma.

Maria Aguilera explica que los motivos que la llevaron a aficionarse a este tipo de caza y afiliarse como socia del club nacieron cuando ella era pequeña. Ya desde muy pronto, Maria se sintió atraída por el mundo de las aves rapaces y también por la cetrería. "Tener una de estas aves en el puño es una sensación indescriptibe y te hace respetar y amar más a estos animales", explica.

En el Club Mallorquín de Cetrería, además de las aves que han sido citadas, hay socios que tienen otros animales espectaculares como búhos reales y bengalíes, entre otro tipos de halcones y águila