­La constante lluvia que cayó en la isla durante el mes de noviembre provocó que la siembra de la patata extratemprana y temprana de sa Pobla tuviera que interrumpirse 20 días. Este largo parón creó inicialmente cierta preocupación en el sector, por el temor que pudiera desencadenar un retraso en el inicio de la campaña de exportación del tubérculo, que habitualmente tiene lugar a finales de febrero.

Ahora que luce de nuevo el sol, y las máquinas han vuelto a trabajar en el campo, los portales sostienen que el retraso en el comienzo de la exportación "será mínimo si la climatología acompaña durante las dos próximas semanas".

El gerente de Mateu Export, Joan Mateu, asegura que "es difícil de pronosticar cómo irá la temporada pero creo que el retraso en el inicio de la exportación será de muy pocos días comparado con otros años, si el tiempo y las heladas no se hacen muy presentes y las patatas pueden crecer rápido y con fuerza". En el mismo sentido se muestra el presidente de s´Esplet, Pep Llabrés, quien explica que durante el parón "las patatas han germinado en los almacenes por lo que una vez se siembren se adaptarán a la tierra correctamente y rápido, lo que facilitará que se compense el tiempo que se ha perdido durante estos 20 días". Tanto Mateu Export como s´Esplet habían sembrado antes de la llegada de la lluvia cerca del 30 por ciento del total de patatas previstas para esta temporada y cuentan que éstas "no han sufrido por el momento daños ni la aparición de hongos pese a la constante agua que han recibido".

Y es que la lluvia, según las cooperativas del municipio ha beneficiado a priori más al cultivo que perjudicarlo. El presidente de Illacamp, Toni Riutort comenta que "aunque llovió muchos días, la tierra ha asumido muy bien el agua, ya que se filtró sin problemas y no se produjeron encharcamientos, debido principalmente a que los meses de septiembre y octubre fueron muy cálidos y la tierra estaba seca".

Ahora, la principal preocupación de las cooperativas es la más que probable aparición de heladas y del viento que pueden frenar el crecimiento de los tubérculos.