­La Fira de Ses Matances de Sineu, heredera de aquella primitiva y tradicional Fira de Sant Tomás, que era además la última del año, acabó ayer de sacudirse el recuerdo de su antecesora pues adoleció del elemento principal que la caracterizaba, la venta de pavos cebados para Navidad. Sólo un corral con cuatro de estas aves se puso ayer a la venta.

Cabe destacar que los machos se vendían a cuarenta euros y las hembras, algo más pequeñas, a treinta.

Este año hubo una nutrida representación de cerdos cebados para participar en el concurso de peso. Seis ganaderos tomaron parte del certamen con un total de doce ejemplares.

Además, en los corrales de la plaza del Fossar se pusieron a la venta dos cerdos para matanza y cinco de los llamados ´de armada´; es decir, animales de unos 30 ó 35 kilos para que el comprador acabe de cebarlos a su gusto.

Recreación

Como no podía ser de otra forma, en la Fira de Ses Matances se reprodujo la típica matanza del cerdo al estilo mallorquín. Sobre las nueve de la mañana llegaba el animal, de 150 kilos, que había sido sacrificado en el matadero para ser despiezado sobre la tradicional banquera.

El hábil y afilado cuchillo del matarife dio rápida cuenta de camaiots, sergins y otras piezas imprescindibles para elaborar los embutidos típicos.

Un grupo de voluntarios trabajó a lo largo de todo el día para, sobre las 16 horas, poder exhibir ya una esplendorosa perxa repleta de llangonisses.

Antoni Comas, concejal de Ferias y Mercados de Sineu, se mostró muy satisfecho y explicó que "estos embutidos se curarán ahora durante algo más de un mes para ser consumidos en la revetla de Sant Antoni".

Puestos

Además de la zona donde se trabajaba en los embutidos, la plaza del Fossar acogió un gran número de puestos de comida. Evidentemente la mayor representación correspondió al gremio de charcuteros, tanto locales como de otros municipios, que ofrecieron una muestra amplia de sus productos.

La sobrassada se vendía entre los 14 euros, que se cobraban por la de porc blanc, hasta los 18 que alcanzaba la de porc negre.

Junto a los charcuteros se instalaron también puestos de diferentes ramas de la artesanía y de antigüedades.

Aunque el día resultó lucido, con sol y público, los vendedores manifestaron que la caja no había reflejado los mismos números que otros años.