Josep Noguera, párroco de Alaró desde hace 13 años, y que antes ocupó el cargo de delegado diocesano de Acción Social, aprovechó la jornada de celebración entre compañeros de sus 50 años de sacerdocio para reivindicar una iglesia "humilde, sencilla y cercana, como marca el espíritu del Concilio Vaticano II". Noguera intervino tras la comida de hermanamiento para afirmar que le alegra haber podido realizar su labor en estas cinco décadas, pero también quiso añadir: "Me entristece que para muchos aquel Concilio sea algo del pasado. Yo me siento hijo de aquel momento fantástico de renovación de la Iglesia, y por esto me apena la situación actual".