El ayuntamiento de Inca ha intensificado la vigilancia en las plazas y calles de la ciudad para que los ciudadanos cumplan con las ordenanzas municipales. Desde principios de año, un agente policial de paisano se dedica a controlar el cumplimiento de la normativa y, hasta la fecha, ya ha impuesto 25 sanciones por diferentes infracciones, principalmente referidas a la tenencia de animales domésticos y también a la práctica del botellón en la ciudad. Por este último motivo, el Ayuntamiento ha cursado, en menos de dos meses, diez denuncias a jóvenes pillados con botellas de alcohol en la vía pública, que deberán abonar sanciones que oscilan entre los 700 y los 1.500 euros, según explicaron ayer las autoridades municipales.

Las denuncias relacionadas con animales son las más numerosas, con un total de trece casos, de los cuales nueve corresponden a sanciones impuestas a propietarios de perros que no habían recogido los excrementos depositados en la calle. Otra de las sanciones se debe a la tenencia de perros en malas condiciones, mientras que las dos restantes están relacionadas con la tenencia de animales potencialmente peligrosos sin la correspondiente licencia administrativa. Los denunciados de estos dos últimos casos se enfrentan a sanciones que pueden alcanzar los 2.500 euros, mientras que el resto de sancionados por no recoger los excrementos deberán abonar multas de hasta 300 euros.

Además, el agente de paisano ha cursado otras dos sanciones a vecinos que incumplían la ordenanza de ruidos molestos, lo que podría derivar en una multa de hasta 600 euros, y otra denuncia cursada contra un vecino por haber realizado vertidos de aguas sucias en la calle.

Quejas vecinales

Durante la presentación del balance de actuación del agente policial habilitado para velar por el cumplimiento de las ordenanzas, la regidora Margalida Horrach (PP) explicó que la puesta en marcha de la iniciativa surgió de las "numerosas quejas" que ha registrado el Ayuntamiento por la actitud de determinados ciudadanos "incívicos", especialmente los propietarios de mascotas que después no cumplen con la obligación de limpiar la vía pública cuando el animal ha hecho sus necesidades.

Por su parte, el alcalde de Inca, Rafel Torres (PP), explicó que desde principios de este año el Ayuntamiento "marca las pautas para controlar el cumplimiento de las diferentes ordenanzas municipales" a través del citado agente de paisano que se pasea por el municipio para descubrir a los presuntos infractores. El "esfuerzo" municipal se debe a las "sugerencias y quejas" recibidas por parte de los propios vecinos de la ciudad. El alcalde lamentó que muchos de los infractores "no tienen el hábito de cumplir las ordenanzas, y tampoco muestran ningún respeto por cumplirlas a pesar de haber sido advertidos".

Torres aseguró que la iniciativa municipal no tiene carácter "recaudatorio", sino que pretende "persuadir" a la población de que se abstenga de incumplir las diferentes normativas municipales. "Se realiza una labor pedagógica con los ciudadanos, pero al final no queda más remedio que sancionar", añadió. En este sentido, el edil popular explicó que, en una primera instancia, el agente policial se dedica a informar al presunto infractor de las irregularidades cometidas y sólo en el caso de que sea reincidente o demuestre una actitud negativa se le abre un expediente sancionador. "El agente realiza un trabajo muy bueno; sabe valorar cuando la gente tiene un simple descuido y es capaz de sancionar a los que incumplen las ordenanzas de forma reiterada", apuntó.

El Ayuntamiento no se plantea por ahora ampliar el servicio de vigilancia, aunque avisa de que a partir de ahora "será exigente con el cumplimiento de las normas".