Tras 17 años de trabajos durante cada verano en el yacimiento arqueológico de los Closos de Can Gaià de Portocolom, el equipo director de la excavación decidió que la de este 2012 no se realizaría sobre el terreno, si no que era el momento apropiado para poner en orden e investigar sobre todo el material hallado durante todo este largo ciclo desde que empezó a excavarse la Naveta 1.

Para ello durante 20 días un equipo multidisciplinar de arqueólogos se han encerrado en las dependencias de la escuela de Portocolom para efectuar un estudio exhaustivo sobre todo el material hallado, para poner en orden todos los análisis realizados durante estos años, clasificar y contrastar todos los datos obtenidos y al mismo tiempo, al desarrollar un trabajo conjunto en varias disciplinas, poder establecer una cronología más fidedigna y más aproximada a la antigüedad del yacimiento y del entorno durante la prehistoria mallorquina en que es Closos estaba habitado por sus primeros moradores.

El equipo multidisciplinar estaba integrado por los historiadores Almudena Briones, que se ha encargado de clasificar y estudiar las semillas halladas a fin de conocer la interacción humana en el campo, cultivos, alimentación y también de la flora existente en las cercanías del poblado hace 3.500 años. Patricia Rodríguez ha estado clasificando y estudiando la industria ósea, a modo de útiles tanto de adorno como de herramientas. Llorneç Picornell ha estado estudiando y datando los restos de carbón hallados en los diferentes estratos excavados para poder conocer la vegetación que existía en dicha zona. El biólogo marino Miquel Àngel Vicenç se ha dedicado a estudiar los restos de fauna marina encontrados. Biel Servera los pólenes; Lua Valenzuela ha trabajado con los restos de fauna; Manel Calvo sobre las investigaciones microlíticas; Daniel Albero con la cerámica, mientras que Jaume García se ha ocupado de la tecnología y la estudiante de historia Raquel Barceló será la encargada de realizar el trabajo de difusión de los resultados de este estudio.

Todos ellos han estado trabajando bajo la codirección de Joan Fornés, Llorenç Oliver, David Javaloyas y Tomeu Salvà, investigadores que han estado ligados a esta excavación desde su inicio.

Los primeros resultados a los que Diario de Mallorca ha podido tener acceso es que probablemente la datación que hasta ahora se manejaba de la Naveta 1 sea errónea, pues probablemente sea 200 años más moderna de lo que se suponía. Hasta el momento se databa del 1700 a. C. y los nuevos datos contrastados con las pruebas del carbono 14 y otros análisis la sitúan en el 1500 a. C.

Más carne que pescado

Como segundo punto importante se podría demostrar que la vegetación de la zona, y probablemente de la isla no se diferenciaría mucho de la actual, bosques de ullastres (acebuches) y matas aunque con mucha menos presencia del pino mediterráneo que hoy en día es la especie más extendida. Alimentación a base de más carne que pescado, con la presencia mayoritaria de cordero y buey, con alguna pero mucho menor de cerdo.

Un dato interesante es que los bueyes y vacas que en aquella época existían en Mallorca tenían un tamaño mucho menor al actual, alcanzando aproximadamente un metro de altura, a pesar de que eran muy robustos.

Las gramíneas y las cebadas también formaban parte de la dieta por lo que se supone posiblemente un incipiente cultivo.

Todos los datos que se han contrastado, la catalogación de piezas, el archivo realizado durante esta campaña y que abarcará el material de las diecisiete campañas de excavación serán expuestos en un trabajo que se publicará próximamente, mientras los componentes de este equipo disciplinar están muy contentos del trabajo realizado ya que según ellos ya era hora de poner en orden todo el material y los datos obtenidos durante estos años.

Esta campaña ha sido posible una vez más gracias a la ayuda del Hotel Cala Marsal y su director Joan Esteva, que desde el inicio se ha implicado en este proyecto, el ayuntamiento de Felanitx y el Govern balear también han dado patrocinio a esta nueva temporada, algo que según los codirectores de la campaña no ha hecho este año el Consell de Mallorca.