Había indicios de optimismo este año en Calvià cuando se hablaba con la gente del sector turístico sobre la próxima llegada del invierno. Un ´runrún´ que hacía albergar esperanzas de que, tras un verano bueno (con un nivel de ocupación que si bien está lejos de los años boyantes de Calvià deja atrás el bienio negro 2009-2010), la temporada podría estirarse algo para lograr que el municipio no empezase a vegetar a partir de noviembre. No será así. Podían más las ganas que la realidad. Este invierno, habrá menos plazas hoteleras abiertas que en 2010 y, en zonas como Santa Ponça, sólo habrá un establecimiento que abra ininterrumpidamente. ¿Los motivos? Menos conexiones aéreas y menos turismo de Imserso. Malas noticias para el tejido de pequeños negocios que rodean a las ´fábricas´ de Calvià. Muchos de ellos andan estos días intentando averiguar si les ha tocado la lotería en forma de hotel cercano abierto, lo que es garantía de clientela. Y, mientras, esa manida palabra, estacionalidad, sigue en la boca de todo el mundo. ¿Cómo desterrarla de nuestro vocabulario? Parece difícil si se escuchan frases como las que recientemente contaba un hotelero que le había dicho un touroperador. Algo así como: "En invierno, ni poniendo billetes a un euro lograríamos traer gente a Mallorca".

Encuentro institucional

El alcalde Manu Onieva se ha reunido esta semana con el conseller de Cooperación Local, Bernadí Coll, con quien trató los proyectos municipales que recibirán subvención del Consell, como la mejora de la carretera de Portals Vells y el asfaltado de calles.