­El presidente de Emaya y teniente de alcalde de Medio Ambiente del ayuntamiento de Palma, Andreu Garau, confirmó ayer que en estos momentos la reparación de la recogida neumática de basuras en el centro de la ciudad, fuera de servicio desde hace tres semanas, costará "un mínimo de 400.000 euros".

Asimismo, la complejidad de los trabajos a realizar y la determinación de si finalmente se repara el sistema o si se opta por sustituirlo hará que esté fuera de servicio durante la práctica totalidad de los meses de verano.

En estos momentos se han descubierto 400 metros lineales de tubería en la plaza Porta des Camp y alrededores, que conforman la arteria principal por la que deben pasar todos los desperdicios antes de llegar a la central. De esta forma, si finalmente se procede a la reparación del sistema, se deberían sustituir al menos estos 400 metros lineales a razón de 1.000 euros el metro, de ahí el gasto mínimo de 400.000 euros.

Tanto la empresa que instaló el sistema como Emaya han tomado muestras y realizado catas en los 11 kilómetros restantes de red de tubería de acero. Si bien aún no disponen de conclusiones contundentes al respecto, según el presidente de Emaya, "esperábamos que la red estuviera en peor estado en las zonas más alejadas de la misma, parece que no está tan afectada como inicialmente se creía".

Garau insistió en que no se trata de conclusiones definitivas puesto que todavía se deben realizar más catas con el fin de poder averiguar el estado real de la totalidad de la red y si se debe proceder o no a su renovación en más tramos con el fin de, si se decide finalmente reiniciar nuevamente el servicio, hacerlo con la garantía de que se mantendrá en buen estado los próximos 20 años y a un precio de explotación razonable. Se prevé que la próxima semana ya se disponga del resultado de las analíticas de las muestras de acero recogidas y remitidas a la universidad Politécnica de Barcelona.

Paralelamente a estos trabajos, técnicos de la empresa están evaluando los costes del mantenimiento del sistema a largo plazo, sin descartar "otros escenarios" entre los que se incluyen el cambio del modelo de recogida subterránea y su sustitución por otros sistemas de recogida que sean más eficientes y puedan ser asumidos por la empresa. Todo ello "sin anteojeras ideológicas", aseguró Garau.