La apertura del nuevo parque central de Bomberos de Palma prevista para el próximo 8 de marzo, con motivo de la celebración del patrón Sant Joan de Déu, se ha pospuesto sine die. El motivo es que las instalaciones de Son Malferit aún no cuentan con cédula de habitabilidad.

Al no contar con el pertinente permiso, las instalaciones de Son Malferit no pueden contar todavía con suministro de agua ni de electricidad. El grueso de las obras del nuevo parque central de bomberos concluyó hace un par de años. Sin embargo, el remate se está demorando más tiempo del inicialmente previsto.

A la espera de una inauguración aún por llegar, los bomberos de Palma siguen manteniendo la sede del parque central en Son Castelló. La demora en la apertura del parque de Son Malferit coincide con el cierre por obras del parque de la Playa de Palma.

Precisamente, uno de los problemas que plantea la nueva instalación es la difícil salida. La probabilidad de encontrarse atascos en cada salida será muy elevada. "Sin cometer ninguna infracción, la única salida desde el parque es la rotonda de Can Blau (junto a Ikea), que está habitualmente colapsada", recalcaron fuentes de los bomberos de Palma.

El problema de los accesos al nuevo parque de bomberos se multiplicará cuando estas instalaciones se encuentren a pleno rendimiento. Tanto en sentido Palma como a la Playa de Palma las dotaciones han de pasar el mismo embudo: la rotonda de Can Blau.

Alquiler muy elevado

Una vez que el edificio sea recepcionado por el Ayuntamiento, las arcas municipales tendrán que hacer frente al elevado alquiler. Cort deberá desembolsar en torno a 300.000 euros todos los meses para mantener todas estas instalaciones. No obstante, en esta cifra se encuentra incluido no sólo el pago del alquiler del parque de Son Malferit. También en dicha suma se incluye el mantenimiento y reparación de vehículos y el pago de los mismos a través de renting.

De acuerdo con las previsiones, en el actual parque central de bomberos de Son Castelló, propiedad de Asima, se mantendrá un pequeño retén de bomberos. El contrato suscrito entre Asima y el Ayuntamiento de Palma está vinculado al uso que se dé a estas instalaciones. Por tanto, los bomberos deberán seguir allí o el contrato expirará.